Sector construcción no repunta: Ingreso de obras nuevas está casi 10% por debajo del promedio de 2022

En IConstruye atribuyen este bajo dinamismo a la paralización de la inversión inmobiliaria, la incertidumbre normativa y la tramitación de distintos permisos.
Los efectos del bajo rendimiento de la actividad económica que experimenta el país, se han hecho sentir en el sector de la construcción. Así lo revela el último reporte de InfoConstrucción elaborado por IConstruye, plataforma tecnológica que conecta a proveedores con las constructoras más grandes del mercado.
En mayo ingresaron 20 proyectos nuevos, lo que representa una caída del 5% respecto a abril, mientras que al comparar con igual periodo de 2022, la baja promedio fue de 9%.
Al respecto, Isabel Pinochet, gerenta comercial de IConstruye comenta que la cifra «es preocupante dado que estamos comparando con un año que ya muestra bajos ingresos en comparación al periodo prepandemia».
«Esto se debe principalmente a que la inversión inmobiliaria desde el mundo privado está prácticamente paralizada dada la oferta acumulada en el mercado residencial, donde su reactivación dependerá de mecanismo que permitan un mayor financiamiento bancario tanto para las personas como para las inmobiliarias y relajen las condiciones crediticias y las tasas de interés, lo que ya estamos comenzando a ver», agregó.
En la misma línea, Pinochet explica que la incertidumbre normativa y la tramitación de los distintos permisos para comenzar nuevos proyectos también influyó en el resultado, resaltando que «se vuelve urgente agilizar los procesos de adjudicación de obras de infraestructura pública, ya que es este sector el que debería impulsar la actividad de la construcción en momentos en que la inversión privada está ralentizada».
Sobre el total de obras activas, en la comunidad de constructoras que compra y contrata a través de IConstruye, un 70% de ellas son residenciales (8 departamentos y 2 casas), correspondientes a 4 proyectos menos que el mes anterior.
A esto se suma, que un 13% son proyectos de infraestructura, de tipo vial, marítimos, portuarios, mineros y de salud; seguido por un 9% de obras comerciales, que contemplan oficinas, centros comerciales, hoteles, plazas, gimnasios, centros educativos y estadios. Por su parte, un 8% son obras menores.
En la misma línea, el informe indica que la Región Metropolitana es la zona con mayor cantidad de proyectos, con un total de 569; seguida por la Región de Valparaíso (97); la del Biobío (52) y Antofagasta (46), destacando los proyectos residenciales y de infraestructura.
«Este dinamismo se explica debido a que en la segunda región existen diversos proyectos ligados a la actividad minera, mientras que en Valparaíso, lideran las obras residenciales. En la octava región se puede apreciar una combinación un poco más pareja en cuanto a la cantidad de proyectos de carácter residencial e infraestructura», comenta la ejecutiva.
Por otro lado, el reporte también arrojó que, en cuanto a las obras en ejecución a lo largo del país, en mayo se concentraron 1.039 proyectos activos, de los cuales el 58% se encuentra en terminaciones, el 21% en obra gruesa, un 19% está en obras previas y un 2% en fundaciones.
Respecto al monto promedio por transacción, el informe muestra que al cierre de mayo este disminuyó 11% en comparación al mes anterior, situándose un 15% bajo el promedio de 2022. En relación a 2019, la variación de este mes se mantuvo un 35% bajo el mismo periodo prepandemia. Lo anterior tiene que ver con que, dada la situación del sector las empresas, están acotando sus operaciones de compra.
Asimismo, menciona que el total de órdenes de compras (OC), generadas en los diversos proyectos a nivel nacional, disminuyó en un 6% respecto a abril, manteniendo un retroceso gradual en relación a los promedios de años anteriores, siendo que en comparación con 2022 la variación fue de un -10%.
Proyecciones
Sobre las proyecciones para el sector, Pinochet sostuvo que «se mantendrá el dinamismo actual durante el segundo trimestre, ya que en ese tiempo se van a seguir terminando los proyectos en curso y no se inicia una cantidad significativa de nuevas obras».
«Todos esperamos que la actividad de la industria experimente mejoras, pero para eso se deben concretar medidas de reactivación, como nuevas licitaciones que sean adjudicadas, la ejecución más ágil de los proyectos y la mejora de las condiciones de financiamiento, tanto para empresas como para personas. Si estas nuevas acciones se materializan, es posible que el año 2024 sea significativamente mejor», concluyó.

Marcial Echenique plantea densificar corredores de trenes para combatir el déficit habitacional

El exdecano de Arquitectura de la Universidad de Cambridge afirmó que en Chile se creó una “escasez artificial de terrenos”, debido a que en los 90 se restringió el desarrollo urbano y se puso un límite alrededor de las ciudades
Expandir las ciudades con la construcción de viviendas en torno a los corredores de ferrocarriles y carreteras interubanas, más que solo poner énfasis en nuevos edificios dentro de las urbes. Esa es la propuesta de Marcial Echenique, uno de los más destacados arquitectos chilenos, quien fue clave en el plan nacional de infraestructura diseñado en los 90, que dio origen a las actuales concesiones viales, portuarias, aeroportuarias y trenes suburbanos.
El arquitecto de la UC es doctor en urbanismo en la Universidad de Barcelona, con un posdoctorado en transportes y modelos matemáticos en la Universidad de Cambridge, Inglaterra, misma casa de estudios donde fue decano de la Facultad de Arquitectura y de la cual hoy es profesor emérito. Desde 1990 ha colaborado con todos los gobiernos chilenos, excepto este último, en el desarrollo de infraestructura. Uno de sus últimos trabajos fue una propuesta con obras al 2050, que se dio a conocer en 2020, cuando Alfredo Moreno era ministro de Obras Públicas.
Echenique —Premio Nacional de Urbanismo del Reino Unido— viajará a Chile desde Inglaterra para participar —como orador— en el “Encuentro 3xi Vivienda: La ciudad no da más”, que se realizará el 19 de julio en el Centro Cultural Espacio Matta, en la comuna de La Granja. Para esa actividad serán convocadas cerca de 200 personas del mundo público, privado, académico y civil para analizar la crisis por déficit de viviendas que enfrenta Chile.
En conversación con “El Mercurio”, Echenique analizó las causas del déficit habitacional, que ronda las 650 mil unidades, existiendo más de 1.000 campamentos. “El problema de Chile en vivienda es gravísimo”, sostuvo.
Entre los factores más recientes que explican esa situación destacó el fuerte aumento de la inmigración, que presiona la demanda de casas que existía previamente en el país. A ello se añade el alza de las tasas de interés, que encarece y dificulta el acceso a créditos.
También explicó que en Chile se generó una “escasez artificial de terrenos”, debido a que a inicios de los años 90 se restringió el desarrollo urbano y se puso un límite alrededor de las ciudades. Recordó que esa planificación buscó casi duplicar la densidad de Santiago de 80 a 150 habitantes por hectárea, para evitar que se afectara la zona más agrícola y las personas no realizaran viajes largos.
Ante ello, indicó, el valor del suelo subió fuertemente y creció la especulación con relación a la tierra. Asimismo, afirmó, las inmobiliarias construyeron edificios más altos y se redujo el tamaño de los departamentos, para subir la densidad y optimizar el uso de los terrenos.
En ese marco, señaló que últimamente ha proliferado la demanda por parcelas, ya que la gente valora el entorno y la posibilidad de construir su casa de forma paulatina. Pero sostuvo que si se hubiese implementado una planificación adecuada, en vez de que se instale solo una casa en un sitio de 5.000 m2, podrían ser 10 o 20 unidades.
Solución
Marcial Echenique sostuvo que una solución para abordar el déficit habitacional es generar desarrollos habitacionales alrededor de los sistemas de transportes en zonas suburbanas. En particular, destacó el potencial que existe en torno a los corredores ferroviarios y de las estaciones de trenes.
Planteó que se puede aumentar la densidad en el tramo Santiago-Rancagua, en la zona relacionada al próximo tren a Melipilla, y en áreas donde ya pasa o llegará el ferrocarril, como Tiltil, Villa Alemana, Limache y La Calera.
Asimismo, propuso nuevos desarrollos urbanos vinculados a la Ruta 68, la Ruta 5 Norte y la carretera que une Santiago con Los Andes. Añadió que esta misma fórmula se puede aplicar en Concepción y Puerto Montt, densificando los ejes de transportes que están fuera del centro.
Echenique admitió que algunos expertos insisten en densificar los ejes del metro en la RM, pero precisó que su propuesta alude a las áreas suburbanas.
Sobre cómo se aborda la propiedad del suelo si se pretende construir en zonas agrícolas o industriales que colindan con sistemas ferroviarios o viales, Echenique afirmó que “si al mercado se le permite hacer desarrollos, este va a responder, reacciona inmediatamente. Lo importante es que los planes se integren, no que el transporte vaya por un lado y el crecimiento urbano por otro, pero eso requiere de coordinación”.
El arquitecto defendió su propuesta de extender las ciudades y aseguró que “es un gran mito que Santiago esté muy expandido y sea poco denso”. Incluso, destacó que tiene una mayor densidad que Nueva York y la ciudad de París (no solo el centro).
Planteó que en los techos de las nuevas casas que se construyan se podrían instalar paneles solares y el excedente de energía se vendería a la red. Echenique tampoco cree que la construcción de viviendas en extensión sea un riesgo para el suelo agrícola, porque pese al fuerte aumento de las parcelaciones, la producción agrícola en las regiones Metropolitana, Valparaíso y O’Higgins sigue creciendo, dijo.
Respecto de los tipos de soluciones habitacionales que deberían generarse en estas nuevas zonas, el arquitecto indicó que deben existir opciones para diferentes grupos sociales.
Alternativas a Ruta 5
Si bien reside en Inglaterra, Marcial Echenique está al tanto del comportamiento de la infraestructura en Chile, incluyendo el desempeño que tuvo en el último evento climático que produjo cortes en la Ruta 5.
El arquitecto comentó que la Ruta 5 se puede cortar por efecto de la naturaleza o por actos terroristas. Por ello, señaló que es necesario desarrollar corredores alternativos a ese eje vial, tanto por la costa como por la precordillera.
“Necesitamos más infraestructura para hacer más resiliente y aumentar la capacidad de transporte”, sostuvo. Agregó que se deben seguir construyendo obras concesionadas y que hay que cobrarles a quienes las utilizan, pues de lo contrario no habrá dinero para mantenerlas.

LyD y cómo elevar recaudación tributaria: Foco en evasión, exenciones y tramo exento

Más que pensar en alzas de impuestos, subraya la necesidad de avanzar en la calidad y eficiencia del gasto público, y en definir previamente los programas por desarrollar y el costo involucrado.
Con el Plan Fiscal lanzado por el Gobierno en plena discusión, han surgido visos de corrupción en el uso de recursos públicos en Antofagasta, mientras que el último informe mensual de ejecución presupuestaria de mayo arroja un crecimiento más acelerado de los gastos. En este contexto, la economista sénior de LyD, Macarena García, llama a revisar la calidad del gasto público. ‘No podemos seguir pensando en aumentar impuestos, cuando vemos que los recursos están saliendo por otras vías sobre las cuales no hay claridad’, señala.
—¿Cuál debiera ser el foco de la ejecución presupuestaria en el proceso de ajuste en que está la economía?
‘Se debe distinguir entre cuánto se gasta y en cómo se gasta. Es importante el cuánto, porque sabemos que un exceso de gasto, en una economía que se está tratando de llevar a una situación más normal, va a generar un impacto inflacionario. En eso el Gobierno ha sido responsable, ha mantenido el crecimiento del gasto dentro de lo adecuado.
La pregunta es en cómo y en qué se gasta; uno podría pensar en reorientar ciertos gastos hacia cosas más asociadas a la inversión, porque eso tiene dos efectos. Por un lado, aumenta el empleo, aunque sea transitorio, y por otro lado, la inversión pública productiva genera un aumento de la productividad en la economía y un efecto más permanente’.
—¿Debería o no incluir alzas de impuestos el Plan Fiscal del Gobierno?
‘Tiene que llamarse Plan Fiscal, porque creo que tiene que haber un ordenamiento tributario estructural de la política fiscal como un todo. Para llegar a hablar de aumentos de impuestos, primero hay que recorrer otros caminos y no estoy descartando —eventualmente, en algún momento— alzas de impuestos. En un orden de prelación de dónde generar ingresos, este debe ser uno de los últimos, porque hay otros que son menos distorsionadores, porque los impuestos siempre generan algún efecto negativo a alguien. Lo primero que se debe hacer en un Pacto Fiscal es tener clarísimo en qué queremos gastar, y en eso el Gobierno ha cambiado en el tiempo sus prioridades.
No hay una certeza completa de lo que se quiere financiar y cuánto cuesta cada cosa; cuáles son permanentes y cuáles transitorias. Porque si queremos pagar la deuda de los profesores, no se requiere de una reforma tributaria ni de una política permanente de recaudación, ya que se trata de un gasto transitorio de una sola vez.
Hay que ver otras vías para pagarlo, pero no con una reforma tributaria. Una vez que se tenga todo claro, hay que ver de dónde sacar la plata sin que ello tenga efectos negativos y ahí está el tema de la evasión. La tasa de evasión tributaria es altísima en Chile, es competencia desleal contra los que sí pagan impuestos. Hay un monto de recursos fiscales que la gente no paga y hay que lograr que paguen para que la cancha sea pareja para todos, ahí hay mucha plata’.
—En el combate a la evasión, el Servicio de Impuestos Internos implementó el Plan de Gestión de Cumplimiento Tributario (PGCT).
‘Al final, parece que no se necesitaba una reforma tributaria para empezar a reducir la evasión, hoy día tiene métodos administrativos para reducirla. Habrá que discutir en su mérito si necesitamos una reforma particular para reducir la evasión. En lo otro que hay que avanzar, y durante el gobierno anterior lo revisó una comisión de expertos, es en las exenciones tributarias. En algún minuto se otorgaron beneficios tributarios y nunca más han sido cuestionados. En esto prácticamente no se ha hecho nada y las propuestas que sí se han llevado adelante son las menos costosas, políticamente hablando; pero aquí hay que hacer lo que le conviene a la economía. Hay exenciones que se pueden reducir y eso no genera daños a la economía. Revisar lo que está pasando con el gasto público es también muy relevante. No podemos seguir pensando en aumentar impuestos, cuando vemos que los impuestos están saliendo por vías sobre las cuales todavía no hay claridad’.
—¿Qué hacer después del escándalo por el caso de la fundación Democracia Viva? ¿Terminar con el traspaso directo de fondos; revisar todas las operaciones con las ONG?
‘Se debe distinguir. Por un lado, el uso de las fundaciones es justamente porque el sector público no es lo más eficiente y rápido para solucionar situaciones que son urgentes y eso se profundizó con el tema de la inmigración en el norte del país, no solo en Antofagasta. Desde el inicio hay que plantearse cómo hacer más eficiente al sector público, pero el sector privado claramente es necesario; son esfuerzos complementarios que deben cumplir con exigencias y transparencia sobre las ventajas que ofrecen esas instituciones. Se ha sabido que se entregaron recursos a personas que no tenían las competencias requeridas para las funciones que buscaban desempeñar. Lo importante es la transparencia y exigencias mínimas’.
—De las ideas que han surgido en el Plan Fiscal, ¿qué le parece reducir el monto exento de impuesto a la renta para que más personas paguen impuestos, algo que venía planteando la OCDE también?
‘En la OCDE solo un tercio de los países tiene un tramo exento y en los otros dos tercios las personas pagan impuestos; de hecho, la tasa inicial es más de 10%. En Chile los ingresos son más bajos, no se pueden comparar con el promedio de la OCDE, y de alguna forma se justifica una parte exenta. En nuestro país el salario promedio en torno a $700.000 mensuales cae en el tramo exento de impuestos y en los demás países de la OCDE el salario promedio no está exento. Los impuestos están concentrados en muy pocas personas, por lo que se podría avanzar en reducir el tramo exento, un pequeño aumento de impuesto recaudaría mucho, al tiempo que subiría la tasa promedio al resto de los tramos.
La escala actual de tasas en el impuesto a la renta es muy lenta y hoy la tasa máxima la paga alguien cuyo ingreso es en torno a $18 millones, un ingreso muy elevado. Hay que aumentar la progresividad de las tasas. Pero ojo, aumentar los impuestos a las personas tiene un impacto negativo en el ahorro’.