Rosanna Costa: “La carga financiera empieza a ceder y contribuye a que la deuda en riesgo deje de subir”
Si bien reconoce que hay sectores ‘más rezagados’, como el comercio, la construcción e inmobiliario y que es necesario monitorear por su peso en actividad y empleo, también destaca las mejoras en las finanzas de hogares y empresas, y la resiliencia de la banca que le permite afrontar escenarios severos. Frente al IPC de abril, más alto de lo esperado, afirma: ‘La inflación está en línea con lo estimado’.
Ha sido un día largo. Partió en Valparaíso, temprano, presentando el primer Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del año a los senadores de la comisión de Hacienda. En medio del temporal de lluvia y nieve que ese día nublaba la capital, volvió casi justo para la conferencia de prensa donde lo explicaría.
Ya es casi de noche, cuando dejamos el imponente edificio de calle Agustinas —aún lloviendo— y Rosanna Costa se prepara para hacer nuevamente las maletas rumbo a Basilea, Suiza, donde participará en la reunión de gobernadores del BIS. El martes estará de vuelta en el Banco Central. Ritmo frenético que no la altera ni saca de su propio compás, calmado pero firme, como sus respuestas. No la inquietó la inflación de abril, alta para las expectativas, tampoco las voces que hablan de ‘sobreajuste’. Siempre supieron que la tarea de encauzar una economía sobrecalentada tendría costos —repite varias veces—, y confiesa: ‘La verdad, pensamos que sería mucho más costoso’.
Con la misma decisión descarta rebajar el requerimiento de capital contracícilico que en un mes y medio será exigible a los bancos.
—Hubo polémica, hace un año cuando lo implementaron, ¿cómo lo evalúa hoy?
‘Efectivamente fue polémico, pero la implementación del nuevo instrumento partió mucho antes que el comunicado, con diversos documentos, workshop donde participó la banca. Creo que buena parte de la polémica fue porque este instrumento ha cambiado de uso a través del tiempo en Chile y el exterior. Nació en Basilea III para evitar ciclos muy expansivos y ha mutado hacia un instrumento de resiliencia que busca mitigar el impacto de hechos muy severos en la economía’.
—¿Quizás exageraron el tono en la comunicación al hablar de ‘shocks externos’ en ese momento?
‘No, el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) tiene por finalidad poner foco en los riesgos y evaluar qué pasa con el sistema bancario y los agentes usuarios de crédito al aplicar un test severo. La banca regional americana había pasado un periodo complejo, también en otros países, y veíamos un escenario externo con vulnerabilidades y riesgos; había que estar preparados. Lo activamos en un momento en que la magnitud del instrumento y las holguras disponibles de la banca conllevaba un beneficio importante y a un costo acotado’.
—Ahora, ¿no evaluaron retirarlo?
‘La minuta se hará cargo de las opciones que analizamos en esta reunión. Unánimemente decidimos que mantener un colchón de 0,5% de los activos ponderados por riesgo es valioso, porque nos proporciona resiliencia si llegaran a materializarse riesgos externos, que siguen existiendo pero vienen principalmente del escenario externo’.
—La economía chilena ha pasado un periodo largo de debilidad, ¿el capital contracíclico no estrecha aún más las condiciones financieras para sectores en crisis como construcción e inmobiliario?
‘No vemos evidencia de ello. El ciclo de crédito ha venido de la mano con la evolución de la economía, que debía ir cerrando desbalances muy grandes que se generaron con niveles de consumo y actividad que no eran sostenibles. Llegamos a tener déficit de cuenta corriente del 10%, un proceso inflacionario del 14% y era necesario llevar el crecimiento de la actividad, del consumo y de la demanda a niveles sostenibles. Estamos en ese proceso todavía, por eso tenemos algunos sectores más rezagados como inmobiliario, construcción y comercio, que han liderado el crecimiento del impago’.
—La construcción sigue sufriendo el ajuste, ¿significa que las tasas son demasiado altas todavía y eso debilita la calidad crediticia de la cartera de los bancos?
‘Las tasas de interés de corto plazo han ido bajando. En cambio, las tasas largas dependen más de lo que está pasando en el contexto global, donde han subido, y eso se ha traspaso a nuestro mercado. Fuimos uno de los primeros países que las subió y también uno de los primeros en iniciar los recortes. El año pasado tuvimos un crecimiento bajo, pero dentro de lo que se requería para el ciclo que estábamos viviendo y vamos a poder empezar a crecer hacia niveles de tendencia. La política fiscal fue un aporte en 2022 para que a través de la política monetaria manejásemos el ciclo en la dirección de ir cerrando los desbalances’.
‘La banca es resiliente’
—¿Qué tan expuestos ve a los bancos al sector construcción?
‘Hay sectores más rezagados que recibieron créditos Fogape y por sectores: en el comercio, construcción e inmobiliario, que tienen aumentos en impago que hay que seguir monitoreando, porque son importantes para la actividad y el empleo. Los bancos han ido gestionando provisiones y garantías para enfrentar este nivel de impago, por lo tanto, la banca tiene niveles adecuados de liquidez, provisiones y capital, y eso permite afrontar escenarios severos. La situación de impago no va a bajar de un día para otro, debemos monitorearla. Pero vemos mejoras en los indicadores financieros de hogares y empresas en promedio. Sometida a shocks de actividad muy importantes, la banca es resiliente’.
—¿Entonces hay espacio para que flexibilice las exigencias de los créditos?, ¿para que sean menos ‘coñete’ en palabras del Presidente Boric?
‘La banca debe ser capaz de ir manejando todos los elementos; tomar decisiones de crédito, pero también manejar los riesgos y la solvencia del sistema’.
—¿Cuánto más persistente será este ‘rezago’ en estos sectores?
‘Es distinto lo que está pasando en el sector inmobiliario residencial y los primeros indicios de recuperación de obras en proyectos de inversión más grandes en la construcción. El consumo, en cambio, terminó su ajuste en la última parte del 2023 y empieza a mostrar cifras de alta frecuencia. El IEF muestra que el impago en el crédito comercial de personas y empresas ha crecido sobre los niveles prepandemia y es un punto de atención. Hay sectores rezagados que requieren más atención, pero vemos algunos indicadores financieros de hogares y empresas que están mejorando. La carga financiera está mejor y debe irse trasmitiendo al seguir avanzando este proceso’.
—¿Qué indicadores mejoran?
‘La carga financiera empieza a ceder y contribuye a que la deuda en riesgo de hogares y firmas dejó de subir en los últimos informes. Eso da pie para empezar a mirar una salida diferente, porque la economía está transitando hacia su tendencial’.
‘La inflación está en línea con lo estimado ‘
—¿Podría asegurar que este ajuste ha tenido el menor costo posible en la actividad?
‘La alta inflación merma el ingreso de los hogares, de las empresas y es una señal de incertidumbre para la toma de decisiones. Conducir y mantener la inflación en 3% ofrece una plataforma estable a la economía y es lo que hemos hecho. Al inicio del proceso de reducir la inflación de 14% a la convergencia de 3%, que aún no termina, la verdad, pensamos sería mucho más costoso. Hasta ahora se ha conducido a un costo razonable, pero siempre iba a ser costoso. Hemos sido transparentes en que no era un proceso fácil, porque el desajuste que habíamos incubado era tremendamente importante. Bajar el consumo es siempre doloroso, requiere tasas más altas que también iban a castigar la inversión’.
—Algunos economistas hablan de ‘sobreajuste’ por la brusca caída en inversión y consumo privado, ¿habrían adoptado una política más expansiva con esos datos a la vista?
‘Siempre hemos conducido la política monetaria pensando en la proyección hacia delante, marcando la trayectoria de la tasa de política monetaria dentro de un corredor. Nuestros mensajes a lo largo del 2023 son bastante congruentes con los de ahora y se han ido dando los resultados de nuestras proyecciones desde los informes de marzo hacia delante. En el margen siempre puede haber alguna diferencia, pero las decisiones que hemos ido tomando nos conducen a un resultado bastante razonable’.
—¿La comunicación no ha sido a ratos ambigua, poco clara opina el mercado?
‘Hablando del IPOM, con la comunicación de estos corredores para la tasa fuimos marcando una trayectoria a la baja, aunque atendiendo circunstancias de cada momento. Ha sido un periodo desafiante que ha hecho necesario adecuarse, con condiciones internas y externas bastante cambiantes. Sin ir más lejos, en el IEF anterior teníamos a la vista siete recortes para la Reserva Federal (de Estados Unidos), y hoy estamos hablando de dos’.
—¿El dato de inflación de abril pone una alerta y frena la magnitud de los recortes a la tasa de interés?
‘Las cifras de inflación están en línea con lo que está considerado en el IPOM de marzo, la decisión de la TPM como siempre se tomará en su momento con toda la información disponible. El informe es claro en marcar nuevas rebajas a una velocidad, que se verá en cada reunión’.
—¿Estamos enfrentando una inflación más rebelde?, ¿amerita cambiar la estrategia?
‘La inflación está en línea con lo estimado y considerado en el IPOM: ha bajado significativamente y la estimación es que converge dentro del horizonte de política. La meta es a dos años plazo, precisamente para dar estabilidad a la economía y no tener que aplicar movimientos bruscos. En el IEF reconocemos algunos factores de costo transitorios que nos llevan a una proyección algo más alta de inflación en el año, pero converge a la meta dentro del periodo de dos años. En la medida que sean transitorios se pueden manejar en el periodo contemplado’.
—¿Cuáles son esos factores transitorios?
‘En el proceso de ajuste bajaron los costos de transporte, del petróleo, pero luego comenzaron a devolverse parcialmente. La depreciación de la moneda también empujará los precios en el corto plazo. Hay riesgos al alza a través de presiones de costos que pueden ser transitorias, pero nuestro corredor tiene escenarios de sensibilidad en ambas direcciones y estamos atentos’.
—El BC ha empujado por relajar las restricciones cambiarias, ¿contribuye eso a la mayor volatilidad de la moneda?
‘Tenemos un marco de política monetaria con un tipo de cambio flexible, que nos abre espacio para manejar el ciclo recogiendo la realidad de la economía interna con mayor flexibilidad. Cuando bajamos la tasa de interés hay una reacción en el tipo de cambio que hoy es más sensible, parte de la explicación es el mayor diferencial de tasas con Estados Unidos, y con otros países de la región’.
—¿Han pensado retroceder en ese camino de internacionalizar el peso?
‘No, de hecho hay un proyecto de ley aprobado que requiere todavía de una norma explicativa del Servicio de Impuestos Internos (SII) para ver cómo se informan ciertas operaciones de no residentes que abren cuentas corrientes en pesos. Tener un mercado (cambiario) más profundo también contribuye a la estabilidad de los mercados’.
—¿La volatilidad del peso puede producir problemas en el mercado de renta variable y fija?
‘Tenemos una economía poco dolarizada y vemos que las firmas están cubiertas por porcentajes muy significativos respecto del descalce de moneda. El país se ha ido adaptando al modelo y tiene los elementos, la volatilidad es un factor, pero está respondiendo a las condiciones que vemos en la macroeconomía y es parte del entorno que estamos viviendo’.
‘Vemos un cierto retroceso en el proceso de globalización’
—De acuerdo al IEF, ¿hay que hacerse a la idea que viviremos en un mundo con tasas más altas?
‘Vemos que el balance ahorro-inversión parece haber cambiado, parece ser que es necesario financiar demandas que han crecido o seguirán creciendo a un ritmo mayor a las capacidades de ahorro, como el desafío del cambio climático, gastos en defensa por razones geopolíticas, factores estructurales en la edad de la población mundial, más otros factores de incertidumbre y riesgo. Probablemente las tasas largas no vuelvan a los niveles que vimos prepandemia. Una parte es macroeconómica, otra es en algún grado una transmisión desde la incertidumbre en la trayectoria de las tasas de la FED’.
—El cobre ha ayudado en ese sentido, estiman que podría escalar incluso a US$5 la libra, ¿van a corregir sus proyecciones?
‘En el último informe estimamos un precio del cobre más bajo, es uno de los elementos que mirar con cuidado en el próximo. No es fácil proyectarlo, hay factores de oferta más débiles en algunos países, crecimiento de la demanda, un tema con los stock disponibles y es difícil saber hoy dónde se va a estabilizar’.
—De demorarse la FED, ¿cuál es el principal riesgo?
‘El principal riesgo desde el punto de vista de estabilidad financiera es que se conjugan varios elementos en el sector externo: esta la incertidumbre respecto al momento en que la FED inicie el proceso, tasas largas altas en contextos de gobiernos y agentes con alto endeudamiento, riesgos geopolíticos, precios de activos con relaciones precio-utilidad algo sobre el promedio. Las noticias económicas están produciendo reacciones importantes en los mercados, que están buscando respuestas hacia dónde va la macroeconomía y algunas pueden producir ajustes abruptos de precios de activos financieros. Las tasas altas largas por periodos prolongados, en este contexto de endeudamiento, también pueden producir problemas a alguna gente. Y el tercer elemento que suma volatilidad y vulnerabilidad es geopolítico y también puede ser un gatillante’.
—A propósito de Estados Unidos, ¿han incorporado el efecto sobre las exportaciones chilenas que tendría el alza arancelaria anunciada por el candidato Trump?
‘Más que hablar de eso, vemos un cierto retroceso en el proceso de globalización a nivel mundial, que para una economía pequeña como la chilena es un factor importante de crecimiento. Las circunstancias geopolíticas están incentivando la búsqueda de cierta protección en sectores que se consideran estratégicos. Es un elemento que se debería mirar en un horizonte de largo plazo’.
Fuente: El Mercurio