Por qué sería regresivo el impuesto a los dividendos que analiza Hacienda, según EY
De acuerdo con la consultora, la idea que baraja el Gobierno podría afectar a los inversionistas de menor patrimonio.
En medio de la discusión sobre la reforma tributaria, una propuesta ha comenzado a sonar: realizar modificaciones al impuesto a los dividendos. La idea que está barajando Hacienda, pero que todavía no presenta en una propuesta formal, se inclinaría por reemplazar el actual sistema semiintegrado por uno desintegrado, esto es, separar la tributación de las empresas de la de las personas naturales, advierten desde EY. “Es decir, que considerando conjuntamente el impuesto de primera categoría —que caería de 27% a 25%—, y el tributo a los dividendos y los gravámenes personales sobre las rentas del capital, la tasa máxima actual de 44,45% disminuirá”, dice la auditora.
Según un análisis de EY, realizado con la información pública que ha entregado Hacienda en la prensa, con la idea del Ejecutivo el impuesto a los dividendos pasaría de una tasa efectiva de 44,45% a una de 39,32%. Sin embargo, desde EY levantan algunas advertencias.
“En este escenario, se puede decir que esta rebaja tributaria tiene un buen lejos, se ve bien, pero en la práctica, lo que estaría ocurriendo es que, con este sistema desintegrado, nos enfrentaríamos a tres tasas de impuestos planas para una sola renta: el impuesto corporativo, con tasa 25%, el nuevo impuesto intraholding, con tasa 7%, y el impuesto a los socios finales, con una tasa de 13%, lo que se traduce en que al final del día estaríamos engendrando un impuesto regresivo”, dice Andrés Isla, socio de Cumplimiento Tributario de EY. Plantea además que el objetivo de Hacienda podría ser el de buscar una recaudación inmediata a través del “impuesto intraholding”, dado que el tributo a los socios finales tardaría años en llegar. Y, con esto, buscar financiamiento para gasto social.
El problema, a juicio de EY, es que los inversionistas de menor patrimonio podrían terminar pagando más. Y plantea un ejemplo: una persona chilena y otra extranjera con convenio tributario (para rebajar impuestos) que tienen una renta afecta a impuesto o utilidad por $100 millones, con el sistema actual, cada una tiene una tasa efectiva de 26,48% y 35%, respectivamente. “Con la propuesta de Hacienda, la tasa efectiva para cada uno sería de 39,32% y 35%, respectivamente”, advierte. Es decir, con la iniciativa, el ciudadano chileno pasaría de pagar $26.479.795 actualmente a $39.317.500 en un futuro. “En el caso del extranjero con convenio, no cambió su tributación de $35 millones en ambos sistemas”, agrega.
Pero, a juicio de EY, el problema también se daría en las personas que reciben dividendos de utilidades de empresas abiertas a la bolsa o mercado de valores. “Si una persona solo recibe un dividendo de $5.000.000 pagaría un 13%, mientras que su hermano mayoritario que recibe un dividendo por $500.000.000 pagaría el mismo 13%, lo que hace perder todo sentido a la propuesta tributaria del Gobierno, pues no sería progresiva”, añade Isla.
Con todo, al comparar con países OCDE, el nivel de tasa efectiva para los dividendos que analiza Hacienda “no estaría quedando por encima de este selecto grupo de economías”, dicen desde EY.
“En este sentido, diversos estudios de la plaza local han dado cuenta que la tasa promedio de los países OCDE para dividendos ya distribuidos estaría en torno al 41% aproximadamente; con este dato se puede concluir que Chile quedaría por debajo de los países de la OCDE en dos puntos”, asegura Isla. Sin embargo, advierte que la “regresividad” que tendría la propuesta, según sus cálculos, podría ser compleja para el sistema tributario.
Según un análisis de EY, realizado con la información pública que ha entregado Hacienda en la prensa, con la idea del Ejecutivo el impuesto a los dividendos pasaría de una tasa efectiva de 44,45% a una de 39,32%. Sin embargo, desde EY levantan algunas advertencias.
“En este escenario, se puede decir que esta rebaja tributaria tiene un buen lejos, se ve bien, pero en la práctica, lo que estaría ocurriendo es que, con este sistema desintegrado, nos enfrentaríamos a tres tasas de impuestos planas para una sola renta: el impuesto corporativo, con tasa 25%, el nuevo impuesto intraholding, con tasa 7%, y el impuesto a los socios finales, con una tasa de 13%, lo que se traduce en que al final del día estaríamos engendrando un impuesto regresivo”, dice Andrés Isla, socio de Cumplimiento Tributario de EY. Plantea además que el objetivo de Hacienda podría ser el de buscar una recaudación inmediata a través del “impuesto intraholding”, dado que el tributo a los socios finales tardaría años en llegar. Y, con esto, buscar financiamiento para gasto social.
El problema, a juicio de EY, es que los inversionistas de menor patrimonio podrían terminar pagando más. Y plantea un ejemplo: una persona chilena y otra extranjera con convenio tributario (para rebajar impuestos) que tienen una renta afecta a impuesto o utilidad por $100 millones, con el sistema actual, cada una tiene una tasa efectiva de 26,48% y 35%, respectivamente. “Con la propuesta de Hacienda, la tasa efectiva para cada uno sería de 39,32% y 35%, respectivamente”, advierte. Es decir, con la iniciativa, el ciudadano chileno pasaría de pagar $26.479.795 actualmente a $39.317.500 en un futuro. “En el caso del extranjero con convenio, no cambió su tributación de $35 millones en ambos sistemas”, agrega.
Pero, a juicio de EY, el problema también se daría en las personas que reciben dividendos de utilidades de empresas abiertas a la bolsa o mercado de valores. “Si una persona solo recibe un dividendo de $5.000.000 pagaría un 13%, mientras que su hermano mayoritario que recibe un dividendo por $500.000.000 pagaría el mismo 13%, lo que hace perder todo sentido a la propuesta tributaria del Gobierno, pues no sería progresiva”, añade Isla.
Con todo, al comparar con países OCDE, el nivel de tasa efectiva para los dividendos que analiza Hacienda “no estaría quedando por encima de este selecto grupo de economías”, dicen desde EY.
“En este sentido, diversos estudios de la plaza local han dado cuenta que la tasa promedio de los países OCDE para dividendos ya distribuidos estaría en torno al 41% aproximadamente; con este dato se puede concluir que Chile quedaría por debajo de los países de la OCDE en dos puntos”, asegura Isla. Sin embargo, advierte que la “regresividad” que tendría la propuesta, según sus cálculos, podría ser compleja para el sistema tributario.
Fuente: El Mercurio