Las razones que explican el aumento de la inversión privada este año y las dudas que quedan para 2023
Esta corrección impulsó el debate sobre la revisión de las cifras de niveles de inversión, que a juicio de algunos analistas son tanto o más relevantes que la variación esperada del indicador. Bajo ese marco, la semana pasada el ministro de Hacienda, Mario Marcel, explicó que pese a la caída proyectada para 2023, tanto las expectativas de mercado como las proyecciones del IPoM sitúan al nivel de formación bruta de capital fijo en un 6% superior a cálculos previos de septiembre. ‘Las caídas de inversión que se están proyectando para 2023 se están haciendo a partir de un nivel de inversión que en el 2022 va a terminar siendo más alto. Si observamos las cifras, vamos a ver que al comparar con el 2021, es muy distinto si tuvimos una recuperación en 2022 o no la tuvimos.
Por lo tanto, los niveles de inversión son bastante más altos en estas proyecciones’, dijo Marcel. En el caso de este año, Marcel destacó que ‘para la inversión esperábamos una contracción en 2022 y en realidad vamos a terminar con una expansión. En lugar de tener una contracción de 3%, vamos a tener un crecimiento de al menos 3% durante este año en la inversión’. Añadió que ‘esto se ha dado porque la inversión en maquinaria y equipos se ha recuperado, hay aumentos importantes de la inversión en proyectos tecnológicos y eso ha logrado contrarrestar la caída de la actividad en la construcción habitacional. Eso es una buena noticia, pero no nos asegura que para adelante logremos mantener un buen nivel de inversión’. Rodrigo Wagner, economista y profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) -que fue el primero que abrió el debate-, explica que ‘para muchas empresas que están planificando o ajustando su 2023, lo que importa es entender el nivel de inversión, más que su tasa de crecimiento interanual.
A las empresas que venden insumos/bienes de capital les interesa saber el nivel de ventas totales que tenga el sector el próximo año’. Añade que ‘obviamente el año 2023 es de ajustes y no de boom. Pero es importante generar las alertas correspondientes y no un exceso de pánico, porque se puede volver una profecía autocumplida, innecesaria’. Sobre el desempeño de este año, Wagner dice que ‘2022 ha estado mejor de lo esperado en lo relativo a inversión macro. Por ejemplo, por proyectos de energías renovables’. Datos del Banco Central muestran que las importaciones de bienes de capital, ligadas a inversiones, en los últimos meses de este año se han mantenido, con ciertas variaciones, en niveles superiores a los observados antes de la pandemia (ver gráfico).
A noviembre se contabilizan internaciones de este tipo por US$ 1.629 millones, destacando otra maquinaria y camiones y vehículos de carga. Sergio Lehmann, economista jefe de BCI, señala que la inversión en 2022 ‘mostrará un mejor desempeño de lo que hasta hace poco se preveía. Detrás de ello se observa inversión en energías y la incorporación de buses eléctricos en el transporte público de Santiago. Se trata de efectos puntuales, por lo que no modifican la mirada más estructural y que sugiere una tendencia a la baja en la inversión’. Agrega que ‘hacia 2023 se prevé una caída en torno a 5%’. Tomás Flores, economista senior de LyD, dice que ‘la reducción de los costos de inversión en energías renovables, en particular solar, ha activado varios proyectos que han logrado cambiar la proyección de inversión para 2022’. Sobre lo que viene, cree que ‘la desaceleración de la inversión inmobiliaria tendrá su peor momento en 2023’.
Fuente: El Mercurio