Las propuestas del director ejecutivo de Fitzroy para regular el explosivo aumento de loteos
Migrar al campo desde la ciudad se hizo más viable con la pandemia y el aumento de los loteos alrededor de Chile fue explosivo. Si en 2019 el SAG registraba menos de 10 mil solicitudes de subdivisión de predios rurales, en 2021 esa cifra ya rozaba las 20 mil.
Tanto así que este año el Ministerio de Agricultura decidió publicar un instructivo para endurecer los criterios de autorización de loteos, lo que hizo estallar conflictos entre autoridades y desarrolladores inmobiliarios que hoy siguen librándose en tribunales.
Para Hernán Passalacqua, director ejecutivo de Fitzroy –empresa de asesoría inmobiliaria y también especializada en los rubros de turismo y hotelería-, parte del problema radica en que la regulación solo distingue el mundo urbano y el rural, como un ‘blanco y negro’.
Los planes reguladores ‘pueden ser buenos o malos, pero al final del día no se han actualizado y, por lo tanto, el radio urbano no ha crecido lo suficiente’.
-En una columna en este medio usted dijo que se habían evidenciado abusos, ¿a qué se refiere?
-Me refiero al concepto de ‘cebarse’. Cuando vas a Cerro Castillo, se ofrece un loteo con un teléfono en un cartel, preguntas por la factibilidad de agua y te dicen que no hay. Ahí falló el Estado; para qué decir la autorregulación. El Estado tiene que exigir que los loteos tengan agua potable, energía –ojalá renovable-, un cerco perimetral, que convivan con las comunidades locales.
-¿Ve viable que continúe este flujo de la ciudad al campo?
-Creo que es una tendencia que va a seguir hasta que la ciudad entregue mejor calidad de vida. Por eso, una de las propuestas que hicimos con Pablo Allard (arquitecto y académico) tiene que ver con los villorrios, estos típicos pueblitos que hay en diferentes áreas como Casablanca y Colchagua. Pequeños lugares con cinco calles, plaza, correo, banco y municipalidad.
Si esos radios urbanos crecen, voy a poder satisfacer muchas cosas, porque en el fondo, esta ciudad ya tiene servicios, sistemas de alcantarillado, agua potable y se saca la basura. La demanda por el campo se podría transformar en demanda por villorrios.
Regulaciones locales
Passalacqua también considera que generar una regulación viable para las parcelaciones podría incentivar el turismo, por lo que también ve una oportunidad en el problema.
A su juicio, debe existir una regulación central que establezca ciertos requisitos mínimos, pero que las materias específicas se dejen a criterio de la autoridad regional, sin quedarse en la sola dualidad entre urbano y rural: ‘La problemática de Arica con respecto a la de Pucón no tiene nada que ver’.
Fuente: Diario Financiero