Construir en donde residen familias allegadas: el plan público-privado para enfrentar el déficit habitacional
La “microradicación”, como la denominan, se basa en los estudios que muestran que la mayoría de las personas que viven en esa condición no quiere trasladarse a otro barrio.
Radicar a las familias allegadas en el mismo sector donde residen, para evitar su traslado a otro lugar de la ciudad, es el foco de la propuesta de microradicación, impulsada por académicos de la U. de Chile y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), para enfrentar el déficit habitacional del país.
De acuerdo con datos de la última encuesta Casen, la mayor parte de la falta de viviendas está formada por hogares allegados (277.276) y núcleos allegados hacinados (120.087). Según los impulsores de esta estrategia, cerca del 80% de las familias que vive en esa condición no quiere mudarse del sector en que habita.
Frente a esa realidad, la idea es fomentar la construcción de viviendas industrializadas, que son “más rápidas (de instalar), de menor costo y más sustentables”, en pequeños paños de terrenos donde las familias ya están residiendo, sostiene Juan Pablo Ugarte, académico de la Facultad de Arquitectura detrás del proyecto. En su opinión, la política habitacional “no estaba funcionando” para contrarrestar el explosivo aumento de familias allegadas.
“La primera gran sorpresa que nos llevamos es que estas personas no quieren postular a un subsidio, porque ellas prefieren seguir viviendo juntas, cerca del metro y del centro de la ciudad, a postular a una vivienda social en la que quizás salgan beneficiados, pero se deban ir a la periferia”, sostiene.
Así comenzaron a desarrollar la idea de la “microradicación” en la que, a través de una alianza, 11 consorcios de empresas privadas desarrollaron propuestas de este tipo de viviendas luego de una capacitación entregada por la Facultad de Arquitectura de la U. de Chile y la CChC.
Algunas de sus características son que suelen estar hechas de acero, pero también de hormigón o madera, tienen entre 40 y 60 m2 de superficie, de dos a cuatro pisos y pueden llegar a costar 1.620 UF.
Ugarte señala que “hubo varias partes interesadas. Esto se hizo durante el segundo semestre del año pasado y la Cámara está súper consciente de que el problema se debe enfrentar de esta manera. De hecho, ahora plantean como segunda o tercera medida para el déficit la microradicación. Hay que innovar y generar nuevas propuestas”.
Pese a ello, la iniciativa aún es poco conocida y no hay muchos proyectos de ese tipo que se estén desarrollando, reconoce el ministro de Vivienda, Carlos Montes (PS). Según el secretario de Estado, “hay ciertos problemas normativos que debemos corregir y también porque no se conoce mucho. Las familias lo hacen informalmente, pero al tener una propuesta así esto debiera extenderse”.
Exhibición de proyectos
En este contexto, ayer la U. de Chile inauguró en la Casa Central la exposición “Aquí me Quedo”, en la que estudiantes de la Facultad de Arquitectura diseñaron maquetas de 17 propuestas de viviendas para la microradicación.
Máximo Espinoza, del Departamento de Grupos Vulnerables del Minvu, comentó en dicha instancia que “hemos avanzado en estos dos años, pero no lo suficiente. Esperamos que esto se consolide y sea desarrollado en todo el país con imaginarios distintos: viviendas en altura o de dos o tres pisos”.
De acuerdo con datos de la última encuesta Casen, la mayor parte de la falta de viviendas está formada por hogares allegados (277.276) y núcleos allegados hacinados (120.087). Según los impulsores de esta estrategia, cerca del 80% de las familias que vive en esa condición no quiere mudarse del sector en que habita.
Frente a esa realidad, la idea es fomentar la construcción de viviendas industrializadas, que son “más rápidas (de instalar), de menor costo y más sustentables”, en pequeños paños de terrenos donde las familias ya están residiendo, sostiene Juan Pablo Ugarte, académico de la Facultad de Arquitectura detrás del proyecto. En su opinión, la política habitacional “no estaba funcionando” para contrarrestar el explosivo aumento de familias allegadas.
“La primera gran sorpresa que nos llevamos es que estas personas no quieren postular a un subsidio, porque ellas prefieren seguir viviendo juntas, cerca del metro y del centro de la ciudad, a postular a una vivienda social en la que quizás salgan beneficiados, pero se deban ir a la periferia”, sostiene.
Así comenzaron a desarrollar la idea de la “microradicación” en la que, a través de una alianza, 11 consorcios de empresas privadas desarrollaron propuestas de este tipo de viviendas luego de una capacitación entregada por la Facultad de Arquitectura de la U. de Chile y la CChC.
Algunas de sus características son que suelen estar hechas de acero, pero también de hormigón o madera, tienen entre 40 y 60 m2 de superficie, de dos a cuatro pisos y pueden llegar a costar 1.620 UF.
Ugarte señala que “hubo varias partes interesadas. Esto se hizo durante el segundo semestre del año pasado y la Cámara está súper consciente de que el problema se debe enfrentar de esta manera. De hecho, ahora plantean como segunda o tercera medida para el déficit la microradicación. Hay que innovar y generar nuevas propuestas”.
Pese a ello, la iniciativa aún es poco conocida y no hay muchos proyectos de ese tipo que se estén desarrollando, reconoce el ministro de Vivienda, Carlos Montes (PS). Según el secretario de Estado, “hay ciertos problemas normativos que debemos corregir y también porque no se conoce mucho. Las familias lo hacen informalmente, pero al tener una propuesta así esto debiera extenderse”.
Exhibición de proyectos
En este contexto, ayer la U. de Chile inauguró en la Casa Central la exposición “Aquí me Quedo”, en la que estudiantes de la Facultad de Arquitectura diseñaron maquetas de 17 propuestas de viviendas para la microradicación.
Máximo Espinoza, del Departamento de Grupos Vulnerables del Minvu, comentó en dicha instancia que “hemos avanzado en estos dos años, pero no lo suficiente. Esperamos que esto se consolide y sea desarrollado en todo el país con imaginarios distintos: viviendas en altura o de dos o tres pisos”.
Fuente: El Mercurio