Productividad cae 2,8% en 2022 y es el talón de Aquiles de la economía, junto a la inversión
La productividad total de factores (PTF) corresponde a las variaciones del PIB que no son explicadas por cambios en los factores de producción como son el capital y el trabajo. En su cuantificación tradicional se usa el residuo de Solow, que ajusta los insumos productivos por calidad e intensidad de uso. En 2018 hubo un aumento de la productividad y también en 2021, cuando el PIB creció 11,7%, impulsado por el exceso de liquidez explicado por los retiros de ahorros previsionales y masivas transferencias fiscales, lo que ha obligado a un ajuste de la economía. En el contexto del crecimiento, a su juicio ‘paupérrimo’ que registra la economía —de 2,4% en 2022 y de 0% o ligeramente negativo previsto para este año, con lo cual la expansión promedio de la actividad en 2022 y 2023 sería de 1%—, Larraín enfatiza que este es uno de los puntos a los cuales debiéramos abocarnos como país para ver cómo alcanzar un crecimiento de largo plazo en Chile. Lo que está pasando con la productividad y con la caída o bajo crecimiento de la inversión durante un período importante son los dos factores fundamentales que en su opinión explican el estancamiento del PIB.
‘Esto pone una nota de alerta ante el impulso de políticas que agreguen incertidumbre y rigidez al mercado laboral y aumenten los costos de contratación’, sentencia. Entre otras cosas, cuestiona que en momentos en que la productividad está cayendo —no solo la PTF sino también la productividad media Laboral (PMel)—, se adopten políticas que pueden ser populares, pero que también son campanadas de alerta, como reducir las horas trabajadas e impulsar el monto del salario mínimo cuando la tasa de desempleo en el primer trimestre llega a 8,8%, con un aumento de 1 punto porcentual en el último año. El indicador PMel, que se calcula como el cociente entre el PIB y el número de empleados, mide el aporte promedio de cada trabajador al Producto. En 2022 cerró con una caída de 4% y al excluir el sector minero el retroceso fue de 3%. En algunos casos la productividad está amarrada a la inversión, como es el cambio tecnológico, explica el economista, por lo que releva la importancia de ver cómo estimular la inversión. En este sentido, considera que la reforma tributaria que fue propuesta por el Gobierno, iba exactamente en el sentido inverso. ‘Hemos tenido un conjunto de políticas más bien centradas en la redistribución, reducir horas de trabajo y subir el salario mínimo.
¿Dónde están las políticas que fomenten el aumento de la productividad? No veo nada de incentivos ni iniciativas sustantivas al respecto’, puntualiza el exministro de Hacienda. Dice que es loable el objetivo de subir el salario mínimo, pero también hay que hacerse cargo de los efectos en las pymes, en el empleo y en la informalidad: ‘Puede ser muy popular, pero tiene estos riesgos que estamos viendo en los indicadores de productividad’. Avanzar en una modernización del Estado es un tema donde ve muchas aristas, como la modernización de la carrera funcionaria, cuyo proyecto de ley duerme en el Congreso, o la necesidad de mejorar la calidad del gasto público, lo que requiere revisar programas y reasignar gastos, lo cual significa priorizar. ‘Hay que tener voluntad y dar prioridad, uno no puede hacerlo todo, pero en las prioridades no veo productividad ni inversión’, concluye.
Fuente: El Mercurio