Mercado laboral es la principal merma cuando se calcula el crecimiento económico de mediano plazo
Expertos apuntan a mejorar incentivos a la contratación e impulsar la educación para potenciar el empleo.
La debilidad del mercado laboral, que ha tenido una lenta recuperación después de registrar una fuerte contracción durante la pandemia, no solo ha golpeado la generación de empleo formal. Su pérdida de relevancia es uno de los elementos asociados al retroceso de los cálculos del crecimiento de mediano plazo de la economía chilena.
Según detalló el Banco Central (BC) en su último Informe de Política Monetaria (IPoM), el PIB tendencial no minero sube apenas 1,8% en el decenio 2025-2034. El factor trabajo aportó solo 0,4 puntos porcentuales (pp), lo que es menos de la cuarta parte del total, y se situó en su menor nivel de los últimos años (ver gráfico). Visto de otra forma: si el factor trabajo representaba en 2021 el 48% en la expansión del PIB de tendencia, en el cálculo realizado en el reciente IPoM bajó al 22,2%.
En el acelerado descenso de la capacidad de crecimiento de mediano plazo de la actividad local también ha influido el factor capital, que pasó de aportar 1,7 pp, previo al período del estallido, a 1,1 pp en la última medición. Entre ambos cálculos hay una caída en el mismo PIB tendencial.
La menor contribución al PIB también se observa en la Productividad Total de los Factores (PTF), que hoy solo representa el 19,4% (0,35 pp) del total. Ese componente está asociado a aquella parte de la producción que no es explicada por los insumos de capital y el trabajo. A mediados de 2019 aportaba 1 pp, es decir, el 28,6% del Producto total esperado.
Las razones
El Banco Central explicó que la baja de 0,1 pp en el componente trabajo respecto del cálculo de diciembre de 2023 se debe, principalmente, a la menor incidencia reciente de la recuperación de la participación laboral a niveles prepandemia. La estimación incorpora, además, que las personas mayores de 55 años no recobrarían su significancia previa en el mercado, aunque su efecto es más acotado por tratarse de un grupo menor dentro de la fuerza laboral, indicó el BC.
A juicio del director del Observatorio del Contexto Económico de la U. Diego Portales (UDP), Juan Bravo, en la pérdida de relevancia del trabajo en el crecimiento futuro ha influido, además de la baja participación, ‘una reducción algo más rápida de las horas trabajadas’. En este contexto, este año partió la reducción de la jornada ordinaria de trabajo de 45 a 44 horas; en 2028 caerán a 40.
El director del Instituto de Economía de la Universidad Católica (UC), Tomás Rau, coincide en que el descenso del factor trabajo en el PIB ha estado presionado. ‘No solo la participación laboral aún no se recupera, sino que las horas trabajadas tampoco lo hacen y, dada la ley de las 40 horas, no se vislumbra un aumento de las horas, sino más bien una reducción’, advierte.
Por otra parte, Patricio Rojas, economista y socio de Rojas y Asociados, añade como ingredientes en la ecuación otros cambios en el mercado laboral. ‘Esta es una economía que ha perdido fuerza. La menor contribución del factor trabajo se está notando y tiene que ver mucho con la participación en el mercado laboral y con las rigideces que se han ido incrementando. Incorporar ciertos temas, como las 40 horas y la discusión de la negociación ramal, son materias que son legítimas de haberlas analizado en su momento, pero también deben ir acompañadas de aumentos de productividad’, dice. Rojas alerta de que si no se eleva la PTF, ‘todas esas medidas terminan siendo contrarias al crecimiento’.
Cambios en los incentivos y un impulso a la educación
Para Juan Bravo, si se quiere revertir este escenario de caídas es clave incentivar la participación laboral de sectores rezagados y mejorar la calidad de la educación. ‘El proceso de envejecimiento de la población está ocurriendo a un ritmo acelerado y el segmento de personas de 60 años y más tiene una tasa de participación considerablemente menor a la del segmento entre 25 a 59 años. Para amortiguar ese efecto es crucial la implementación de políticas que estimulen la incorporación femenina al mercado laboral, ya que existe ahí un potencial importante’, plantea.
Tomás Rau apunta a que ‘se requieren políticas que incentiven la contratación y reduzcan el costo de la contratación formal’. No obstante, ve que ‘la orientación de la política laboral parece ir en la otra dirección’.
Según detalló el Banco Central (BC) en su último Informe de Política Monetaria (IPoM), el PIB tendencial no minero sube apenas 1,8% en el decenio 2025-2034. El factor trabajo aportó solo 0,4 puntos porcentuales (pp), lo que es menos de la cuarta parte del total, y se situó en su menor nivel de los últimos años (ver gráfico). Visto de otra forma: si el factor trabajo representaba en 2021 el 48% en la expansión del PIB de tendencia, en el cálculo realizado en el reciente IPoM bajó al 22,2%.
En el acelerado descenso de la capacidad de crecimiento de mediano plazo de la actividad local también ha influido el factor capital, que pasó de aportar 1,7 pp, previo al período del estallido, a 1,1 pp en la última medición. Entre ambos cálculos hay una caída en el mismo PIB tendencial.
La menor contribución al PIB también se observa en la Productividad Total de los Factores (PTF), que hoy solo representa el 19,4% (0,35 pp) del total. Ese componente está asociado a aquella parte de la producción que no es explicada por los insumos de capital y el trabajo. A mediados de 2019 aportaba 1 pp, es decir, el 28,6% del Producto total esperado.
Las razones
El Banco Central explicó que la baja de 0,1 pp en el componente trabajo respecto del cálculo de diciembre de 2023 se debe, principalmente, a la menor incidencia reciente de la recuperación de la participación laboral a niveles prepandemia. La estimación incorpora, además, que las personas mayores de 55 años no recobrarían su significancia previa en el mercado, aunque su efecto es más acotado por tratarse de un grupo menor dentro de la fuerza laboral, indicó el BC.
A juicio del director del Observatorio del Contexto Económico de la U. Diego Portales (UDP), Juan Bravo, en la pérdida de relevancia del trabajo en el crecimiento futuro ha influido, además de la baja participación, ‘una reducción algo más rápida de las horas trabajadas’. En este contexto, este año partió la reducción de la jornada ordinaria de trabajo de 45 a 44 horas; en 2028 caerán a 40.
El director del Instituto de Economía de la Universidad Católica (UC), Tomás Rau, coincide en que el descenso del factor trabajo en el PIB ha estado presionado. ‘No solo la participación laboral aún no se recupera, sino que las horas trabajadas tampoco lo hacen y, dada la ley de las 40 horas, no se vislumbra un aumento de las horas, sino más bien una reducción’, advierte.
Por otra parte, Patricio Rojas, economista y socio de Rojas y Asociados, añade como ingredientes en la ecuación otros cambios en el mercado laboral. ‘Esta es una economía que ha perdido fuerza. La menor contribución del factor trabajo se está notando y tiene que ver mucho con la participación en el mercado laboral y con las rigideces que se han ido incrementando. Incorporar ciertos temas, como las 40 horas y la discusión de la negociación ramal, son materias que son legítimas de haberlas analizado en su momento, pero también deben ir acompañadas de aumentos de productividad’, dice. Rojas alerta de que si no se eleva la PTF, ‘todas esas medidas terminan siendo contrarias al crecimiento’.
Cambios en los incentivos y un impulso a la educación
Para Juan Bravo, si se quiere revertir este escenario de caídas es clave incentivar la participación laboral de sectores rezagados y mejorar la calidad de la educación. ‘El proceso de envejecimiento de la población está ocurriendo a un ritmo acelerado y el segmento de personas de 60 años y más tiene una tasa de participación considerablemente menor a la del segmento entre 25 a 59 años. Para amortiguar ese efecto es crucial la implementación de políticas que estimulen la incorporación femenina al mercado laboral, ya que existe ahí un potencial importante’, plantea.
Tomás Rau apunta a que ‘se requieren políticas que incentiven la contratación y reduzcan el costo de la contratación formal’. No obstante, ve que ‘la orientación de la política laboral parece ir en la otra dirección’.
Fuente: El Mercurio