Las esquirlas del caso Audio en el Grupo Patio: citan a directorio extraordinario y adelantan aumento de capital
Tras mencionarse a la familia Jalaff, fundadores de la compañía, en los audios por el pago de posibles sobornos, la mesa directiva del grupo analizó el miércoles los alcances y distintos escenarios legales del escándalo. Ese día también decidieron adelantar para mañana lunes la votación del aumento de capital por US$ 62 millones, donde se espera que el clan Jalaff salga de la propiedad de la compañía.
Las esquirlas del caso Audio salpicaron al Grupo Patio. En una reunión de directorio convocada de manera extraordinaria, a mediados de esta semana, hicieron el control de daños, analizaron los alcances de la situación y evaluaron los distintos escenarios legales, junto con delinear posibles cursos de acción y tomar decisiones estratégicas clave. La primera y más importante es adelantar el aumento de capital por US$62 millones, inicialmente previsto para diciembre.
La cita tuvo lugar en las oficinas corporativas del grupo, un día después de que estallara el caso Audio, escándalo que no solo remece al mundo empresarial, legal y a las instituciones públicas; también sacudió al holding inmobiliario y gestor de centros comerciales fundado en 2004 por Sergio Jalaff Escandar y su hijo Álvaro Jalaff Sanz. El conglomerado gestiona activos por más de US$ 3.000 millones y está valorizado en unos US$ 700 millones. Tiene presencia en Chile, Perú, México, Estados Unidos y España.
La divulgación de los audios sobre la conversación entre el empresario y socio de la firma de factoring Factop Daniel Sauer y sus abogados Leonarda Villalobos y Luis Hermosilla, por presuntos pagos de soborno a funcionarios del Servicio de Impuestos Internos (SII) y de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), situó a la familia Jalaff como uno de los protagonistas de la trama.
Los hermanos Antonio y Álvaro, socios de Grupo Patio, aparecen mencionados varias veces en la conversación que se filtró. Las menciones a los Jalaff se refieren, entre otras cosas, a ‘facturas de favor’ que Sauer les haría a los fundadores del Grupo Patio. ‘Si se beneficiaban los Jalaff de aquí, los Jalaff tienen que contribuir a la caja (potencialmente pagadora de sobornos)’, señala Hermosilla en la conversación grabada.
La preocupación al interior de Patio surgió no solo en el seno de la familia Jalaff, que ya enfrenta un complejo escenario, debido a los problemas financieros que arrastra Antonio, y que en septiembre gatillaron la renuncia de su hermano Álvaro a la gerencia general del grupo, tras encabezarla por casi dos décadas.
También generó alertas y gran inquietud entre los otros conocidos y renombrados socios que comparten la propiedad de la compañía: Eduardo Elberg, excontrolador de supermercados Santa Isabel, es dueño del 22% de la propiedad de Patio; Gabriela y Paola Luksic, junto a Óscar Lería, marido de esta última, tienen el mismo porcentaje de participación; a ellos se suman la familia Khamis, con un 8%; los Abumohor, con otro 7%; los Menichetti, con un 4%, y Franco Mellafe Angelini, parte del grupo Angelini, con cerca del 3%, quien ingresó el año pasado al conglomerado inmobiliario. ‘Por supuesto que no estamos indiferentes. Hay que estar atentos y monitorear este tema. Es delicado’, sostiene una fuente vinculada a uno de los socios de Patio.
A raíz de este caso, en la cita extraordinaria del miércoles, las últimas representantes de la familia Jalaff en la mesa de Patio, Mariloli Jalaff y María Dolores Sanz Crespo renunciaron al directorio.
Se adelanta aumento de capital y dos auditorías
La reunión dejó varias reflexiones y definiciones entre los representantes de los accionistas. Lo primero que enfatizan cercanos al grupo es que ‘la compañía está súper sólida. Tenemos una situación financiera robusta que nos permite seguir fortaleciendo nuestra posición en los distintos negocios y mercados en los que estamos’.
Lo segundo que se reconoce entre los inversionistas es que ‘claramente esto golpea la imagen de la compañía. Nadie puede dudarlo. Nos involucra en un escándalo judicial y ético, claro que hay un daño reputacional’. Otras fuentes consultadas, también vinculadas a la empresa, puntualizan que ‘aquí el problema no es Patio, son las malas prácticas de algunos socios’.
La filtración conocida esta semana aceleró también decisiones estratégicas y relevantes para el futuro de la firma, como adelantar el aumento de capital por casi US$ 62 millones.
El 25 de octubre, la compañía informó que los accionistas del conglomerado pusieron término al pacto de actuación conjunta que regulaba las relaciones societarias, facultando la venta de acciones entre ellos o a terceros. Esa decisión facilitará que la familia Jalaff pueda vender acciones y diluir su participación en Patio —o salirse de la propiedad— para reorganizar sus finanzas y poder cancelar las deudas que mantienen.
Para pavimentar la salida o dilución de los Jalaff, el 31 de octubre el directorio había acordado citar a junta extraordinaria de accionistas para definir un aumento de capital por 1,5 millón de UF (unos US$ 61,6 millones). Inicialmente, la junta estaba pensada para realizarse en diciembre, pero ahora el proceso se anticipó y el aumento de capital se votará mañana lunes.
Se prevé que el clan Jalaff no concurrirá a dicha capitalización. Si es así, las acciones que tienen en su poder, cerca de un 33% de la propiedad, se ofrecerían al mercado. Otro accionista que también podría diluirse es la familia Menichetti. Por el contrario, en el entorno de Patio se espera que los restantes accionistas sí concurran a la inyección de recursos.
En el análisis interno de esta semana también se sinceró otro tema. Si en un principio los socios de Patio esperaban que en ese aumento de capital pudieran ingresar nuevos inversionistas a la propiedad, tras la filtración de los audios algunos accionistas se mostraron pesimistas y creen que esa posibilidad es lejana. ‘Yo creo que esa opción está prácticamente descartada, porque veo difícil que un inversionista quiera entrar a una compañía salpicada por un escándalo como el que estamos enfrentando. Lo más seguro es que los que estamos, aumentemos nuestra posición’, señala uno de sus accionistas.
Dos auditorías ya realizadas
Dado que aún es difícil prever los alcances y efectos colaterales que tendrá el escándalo, ‘porque no sabemos cuáles son todas las aristas del caso’, admite una fuente ligada a Patio, una idea que ronda entre algunos accionistas del grupo es anticipar posibles escenarios legales que pudieran decantar con el caso. Y para eso, cuentan conocedores, una de las alternativas que está sobre la mesa es reforzar sus equipos legales con el objetivo de formular y delinear potenciales estrategias. ‘Es una posibilidad, no es una decisión tomada, pero tampoco está descartado’, sostiene una fuente cercana a uno de los inversionistas.
Lo que sí descartaron, al menos por ahora, es realizar alguna auditoría interna a las sociedades vinculadas o relacionadas a la propiedad de Patio. ¿La razón? Ya las hicieron hace algunos meses, cuando estalló el escándalo de la corredora STF y el factoring Factop, ambas firmas controladas por la familia Sauer.
Cercanos a Patio recuerdan que en medio de las acusaciones de fraude, en una de las querellas contra Factop y los hermanos Sauer los acusan de haber armado un esquema de facturas falsas para financiar a los Jalaff y beneficiarlos en sus problemas financieros. ‘Entonces, cuando estalló ese escándalo, en agosto pasado, al poco tiempo en Patio decidimos hacer dos auditorías, una interna y otra externa, de Patio y las sociedades involucradas en la propiedad del grupo. Y ahí se revisó todo. No debería haber ninguna irregularidad’, revela una fuente ligada al grupo.
Otra fuente detalla que se revisó exhaustivamente toda la documentación ligada a las distintas sociedades de los accionistas, con el objetivo de detectar o identificar posibles irregularidades. ‘Tuvimos especial preocupación en la estructura societaria, y luego de esos análisis, ahora tenemos la tranquilidad de que todo está en regla. No tenemos de qué preocuparnos’, aseguran en el entorno de Patio.
Fuente: El Mercurio