Las decisiones del B. Central que provocaron un “triple efecto” depreciativo sobre el peso chileno
Compra de dólares, no renovación de forwards y anuncio de tasas del viernes del emisor tienen efecto cambiario.
Eduardo Orpis, estratega en Gemines Consultores, asegura que el dólar en Chile debería estar operando en torno a $780-785, al compararlo con otras divisas commodities (como el dólar australiano) y no en el máximo de siete meses de $849,2 con el que cerró ayer sus operaciones más líquidas. Este miércoles, la rebaja de calificación de Fitch a EE.UU. del martes sacudió a todos los activos de riesgo del mundo, incluido el peso.
“Claramente acá ha habido una presión especulativa de los no residentes que partió cuando el Banco Central anunció sus compras de dólares, algo a lo que se sumó la no renovación de forwards (con lo que en la práctica está comprando cerca de US$ 100 millones diarios) y al mismo tiempo está bajando la tasa”, dice. “A eso se suma la imprudencia de señalar un camino mucho más dovish de lo que esperaba el mercado”, critica.
“Uno de los riesgos de la acción reciente del BCCh (baja agresiva de tasas y más por venir) era precisamente lo que está pasando ahora, donde el CLP (peso chileno) queda más expuesto que sus pares a episodios de flight to quality”, dice Felipe Alarcón, economista y asesor de EuroAmerica.
El Central tiene “mucho que ver” con la reciente depreciación del peso, dice Arturo Curtze, analista sénior en Alfredo Cruz y Cía. “Pero el tema de fondo es que se está deshaciendo el carry trade”, señala en relación con la estrategia que toma dinero prestado en países con bajas tasas de interés para invertirlo en naciones con altas tasas. “Chile, a diferencia de México y Brasil, comenzó antes a reducir la tasa presionado por la baja actividad económica local”, señala, apuntando a un dólar rumbo a $880.
Tres factores
El segundo semestre para el dólar en Chile se marca por una nueva realidad. En el mercado creen que parte relevante tiene que ver con un “triple efecto” depreciativo emanado de las decisiones del Banco Central: su determinación de no renovar más contratos forward (lo que en la práctica lo ha llevado a comprar US$ 3.746 millones desde el 10 de abril, según Gemines), el anuncio de compras por US$ 10.000 millones en 12 meses para recomponer reservas y, más recientemente, la sorpresa del recorte de TPM en 100 puntos base y mensaje más expansivo (“dovish”) de lo previsto.
“Parece que el Banco Central no hace el análisis de lo que pasó en julio del año pasado, cuando fuimos presa de un ataque especulativo feroz fruto de la imprudencia de algunos consejeros al señalar que no había preocupación por el dólar y el asunto reventó en la cara”, dice Orpis, de Gemines Consultores. “Y ahora lo peor que puede hacer es darles certezas a los especuladores sobre su curso de acción, de ahí que hayamos visto una fuerte toma de posiciones por parte de los no residentes”. El mercado de derivados externos pasó de reflejar una apuesta en contra del peso por US$ 1.571 millones a comienzos de julio a una de US$ 6.159 millones al cierre del mes.
“El desacople con divisas como el peso mexicano y real brasileño se inicia con el anuncio del Central para aumentar las reservas, el 9 de junio”, dice Sergio Tricio, gerente general en Patrimore. “Y luego ese desacople aumenta con las cifras de inflación de Chile y posteriormente con la baja de tasas”, señala.
Sin embargo, “el resto del mundo vivirá este mismo proceso en las próximas semanas o meses, lo que terminará reequilibrando las fuerzas”, señala.
“Claramente acá ha habido una presión especulativa de los no residentes que partió cuando el Banco Central anunció sus compras de dólares, algo a lo que se sumó la no renovación de forwards (con lo que en la práctica está comprando cerca de US$ 100 millones diarios) y al mismo tiempo está bajando la tasa”, dice. “A eso se suma la imprudencia de señalar un camino mucho más dovish de lo que esperaba el mercado”, critica.
“Uno de los riesgos de la acción reciente del BCCh (baja agresiva de tasas y más por venir) era precisamente lo que está pasando ahora, donde el CLP (peso chileno) queda más expuesto que sus pares a episodios de flight to quality”, dice Felipe Alarcón, economista y asesor de EuroAmerica.
El Central tiene “mucho que ver” con la reciente depreciación del peso, dice Arturo Curtze, analista sénior en Alfredo Cruz y Cía. “Pero el tema de fondo es que se está deshaciendo el carry trade”, señala en relación con la estrategia que toma dinero prestado en países con bajas tasas de interés para invertirlo en naciones con altas tasas. “Chile, a diferencia de México y Brasil, comenzó antes a reducir la tasa presionado por la baja actividad económica local”, señala, apuntando a un dólar rumbo a $880.
Tres factores
El segundo semestre para el dólar en Chile se marca por una nueva realidad. En el mercado creen que parte relevante tiene que ver con un “triple efecto” depreciativo emanado de las decisiones del Banco Central: su determinación de no renovar más contratos forward (lo que en la práctica lo ha llevado a comprar US$ 3.746 millones desde el 10 de abril, según Gemines), el anuncio de compras por US$ 10.000 millones en 12 meses para recomponer reservas y, más recientemente, la sorpresa del recorte de TPM en 100 puntos base y mensaje más expansivo (“dovish”) de lo previsto.
“Parece que el Banco Central no hace el análisis de lo que pasó en julio del año pasado, cuando fuimos presa de un ataque especulativo feroz fruto de la imprudencia de algunos consejeros al señalar que no había preocupación por el dólar y el asunto reventó en la cara”, dice Orpis, de Gemines Consultores. “Y ahora lo peor que puede hacer es darles certezas a los especuladores sobre su curso de acción, de ahí que hayamos visto una fuerte toma de posiciones por parte de los no residentes”. El mercado de derivados externos pasó de reflejar una apuesta en contra del peso por US$ 1.571 millones a comienzos de julio a una de US$ 6.159 millones al cierre del mes.
“El desacople con divisas como el peso mexicano y real brasileño se inicia con el anuncio del Central para aumentar las reservas, el 9 de junio”, dice Sergio Tricio, gerente general en Patrimore. “Y luego ese desacople aumenta con las cifras de inflación de Chile y posteriormente con la baja de tasas”, señala.
Sin embargo, “el resto del mundo vivirá este mismo proceso en las próximas semanas o meses, lo que terminará reequilibrando las fuerzas”, señala.
Fuente: El Mercurio