Alcaldes de zonas arrasadas por el fuego fijan prioridades y urgencias de la reconstrucción
Piden mejorar la conectividad vial dañada; recursos para reponer sistemas de agua potable rural; planes para la recuperación productiva y acelerar la entrega de viviendas definitivas.
En medio de los anuncios del Gobierno sobre el proceso de reconstrucción de las zonas arrasadas por los incendios forestales, que esta temporada suman más de 435 mil hectáreas, los alcaldes golpeados por la tragedia plantean urgencias y prioridades.
Marcos Hernández, de Galvarino, en La Araucanía, en cuya jurisdicción se produjo el cuarto mayor siniestro de la temporada, con la destrucción de 21.626 hectáreas en el sector de Aillinco, expresó que “lo primero que pedimos es reconstruir el tejido productivo de la zona rural”. Agregó que “el 60% de esta fue arrasada por el fuego y allí había plantaciones agrícolas y forestales y pasto para forraje”. Expuso que “la economía familiar depende mucho de la criaza de animales y si no hay pasto ¿cómo llegamos al invierno? Y si no hay cereales ¿cómo enfrentamos el tema alimentario?”. Como segunda medida, reclamó enfrentar “los problemas sanitarios que involucra el agua, porque esta comuna es una de las que tienen menos cobertura, porque solo el 12% de quienes viven en el campo tienen cañerías y el resto depende de estanques y nosotros atendemos con camiones aljibe a 1.400 familias”. Sobre esto último hizo notar que “el fuego quemó todos los estanques de plástico; entonces, aparte de los recursos para comprar agua, necesitamos adquirir nuevos estanques y cañerías para trasladar el recurso hídrico para consumo humano”. Advirtió que “un tercer punto es la reposición de la infraestructura, porque tenemos un colegio quemado, garitas destruidas, sedes sociales arrasadas, puentes inservibles y cercos inutilizados”.
En Biobío, Ana Albornoz, alcaldesa de Santa Juana, cuya comuna se vio afectada por el incendio llamado “Santa Ana”, el más feroz de la presente temporada y el segundo más catastrófico de la historia, con 64.518 hectáreas convertidas en cenizas, respondió que “lo primero que queremos es que el Presidente y el ministro de Hacienda impulsen un royalty a las empresas forestales para enfrentar acciones de mitigación como los cortafuegos y medidas para la prevención de incendios”. Agregó, como una segunda solicitud, que el Gobierno “nombre un encargado de reconstrucción para el área agrícola, porque necesitamos un gran plan para la reactivación económica, porque los pequeños agricultores perdieron sus medios de producción, porque aquí no solo se destruyeron las viviendas, sino que también los puestos de trabajo y la matriz productiva de la región”. Albornoz agregó como tercera demanda que “las empresas forestales se sometan al Sistema de Impacto Ambiental, porque en la actualidad la mayoría de las plantaciones no lo hace” y sostuvo que “tenemos que someterlas a la norma de impacto ambiental antes que se generen estas grandes plantaciones, para así tener resguardados los derechos de las comunidades y asentamientos”.
Miguel Peña, alcalde de Quillón, en la Región de Ñuble, afectado por el incendio “Santa Gertrudis”, que destruyó 17.801 hectáreas, pidió al Ejecutivo “que cumpla con el compromiso de levantar, en el menor tiempo posible, las viviendas de emergencia y a continuación avanzar con las definitivas”. El segundo elemento que mencionó fue “la necesidad de apoyo al sector agrícola y ganadero, así como a la apicultura, que resultaron totalmente afectados”. Como tercer aspecto abogó por el mejoramiento de la conectividad, dada la pérdida de puentes y la evidencia de las condiciones desmejoradas que presentan los caminos. “Es hora de que el MOP nos ayude en esta catástrofe en la que nos hemos visto superados por la cantidad de caminos que tenemos que seguir reparando”, recalcó y emplazó “a Vialidad para que se apersone con sus equipos en cada uno de los territorios que fueron afectados, porque contamos con dos motoniveladoras, lo que es insuficiente para todo lo que hay que hacer”.
En la misma región, su par de Ninhue, Luis Molina, se focalizó en apelar a “una rápida entrega de las casas definitivas, para que estén antes de que llegue el invierno” y a que “se mejoren los caminos, pero no solo en el lugar de la tragedia, sino que todas las rutas de la comuna, porque los incendios revelaron los problemas de conectividad”. Como tercera medida solicitó “inyectar recursos para absorber la mano de obra que perdió sus trabajos”.
Marcos Hernández, de Galvarino, en La Araucanía, en cuya jurisdicción se produjo el cuarto mayor siniestro de la temporada, con la destrucción de 21.626 hectáreas en el sector de Aillinco, expresó que “lo primero que pedimos es reconstruir el tejido productivo de la zona rural”. Agregó que “el 60% de esta fue arrasada por el fuego y allí había plantaciones agrícolas y forestales y pasto para forraje”. Expuso que “la economía familiar depende mucho de la criaza de animales y si no hay pasto ¿cómo llegamos al invierno? Y si no hay cereales ¿cómo enfrentamos el tema alimentario?”. Como segunda medida, reclamó enfrentar “los problemas sanitarios que involucra el agua, porque esta comuna es una de las que tienen menos cobertura, porque solo el 12% de quienes viven en el campo tienen cañerías y el resto depende de estanques y nosotros atendemos con camiones aljibe a 1.400 familias”. Sobre esto último hizo notar que “el fuego quemó todos los estanques de plástico; entonces, aparte de los recursos para comprar agua, necesitamos adquirir nuevos estanques y cañerías para trasladar el recurso hídrico para consumo humano”. Advirtió que “un tercer punto es la reposición de la infraestructura, porque tenemos un colegio quemado, garitas destruidas, sedes sociales arrasadas, puentes inservibles y cercos inutilizados”.
En Biobío, Ana Albornoz, alcaldesa de Santa Juana, cuya comuna se vio afectada por el incendio llamado “Santa Ana”, el más feroz de la presente temporada y el segundo más catastrófico de la historia, con 64.518 hectáreas convertidas en cenizas, respondió que “lo primero que queremos es que el Presidente y el ministro de Hacienda impulsen un royalty a las empresas forestales para enfrentar acciones de mitigación como los cortafuegos y medidas para la prevención de incendios”. Agregó, como una segunda solicitud, que el Gobierno “nombre un encargado de reconstrucción para el área agrícola, porque necesitamos un gran plan para la reactivación económica, porque los pequeños agricultores perdieron sus medios de producción, porque aquí no solo se destruyeron las viviendas, sino que también los puestos de trabajo y la matriz productiva de la región”. Albornoz agregó como tercera demanda que “las empresas forestales se sometan al Sistema de Impacto Ambiental, porque en la actualidad la mayoría de las plantaciones no lo hace” y sostuvo que “tenemos que someterlas a la norma de impacto ambiental antes que se generen estas grandes plantaciones, para así tener resguardados los derechos de las comunidades y asentamientos”.
Miguel Peña, alcalde de Quillón, en la Región de Ñuble, afectado por el incendio “Santa Gertrudis”, que destruyó 17.801 hectáreas, pidió al Ejecutivo “que cumpla con el compromiso de levantar, en el menor tiempo posible, las viviendas de emergencia y a continuación avanzar con las definitivas”. El segundo elemento que mencionó fue “la necesidad de apoyo al sector agrícola y ganadero, así como a la apicultura, que resultaron totalmente afectados”. Como tercer aspecto abogó por el mejoramiento de la conectividad, dada la pérdida de puentes y la evidencia de las condiciones desmejoradas que presentan los caminos. “Es hora de que el MOP nos ayude en esta catástrofe en la que nos hemos visto superados por la cantidad de caminos que tenemos que seguir reparando”, recalcó y emplazó “a Vialidad para que se apersone con sus equipos en cada uno de los territorios que fueron afectados, porque contamos con dos motoniveladoras, lo que es insuficiente para todo lo que hay que hacer”.
En la misma región, su par de Ninhue, Luis Molina, se focalizó en apelar a “una rápida entrega de las casas definitivas, para que estén antes de que llegue el invierno” y a que “se mejoren los caminos, pero no solo en el lugar de la tragedia, sino que todas las rutas de la comuna, porque los incendios revelaron los problemas de conectividad”. Como tercera medida solicitó “inyectar recursos para absorber la mano de obra que perdió sus trabajos”.
Fuente: El Mercurio