Inflación para sectores vulnerables crece con más fuerza que IPC general en últimos 12 meses
En el caso de los adultos mayores, el indicador tuvo un alza de 12,6%, mientras que IPC general subió 12,3%. Detrás de esto, está el gran incremento de los alimentos y servicios básicos.
La inflación ha estado golpeando fuertemente a los bolsillos del país. El alza de precios —que llegó a niveles similares a los de hace 30 años— ha generado una merma en los ingresos de las personas, afectando directamente su poder de compra. No obstante, hay sectores de la población a los que la inflación ha golpeado más fuerte, como es el caso de las personas de menores ingresos y de la tercera edad.
Mensualmente, Clapes UC elabora el Índice de Precios al Consumidor de escasos recursos. Este tuvo una variación en 12 meses de 13,3% durante enero, disminuyendo respecto de lo ocurrido en el mes anterior (13,7%). El dato en 12 meses de enero para el IPC de las personas de escasos recursos se ubica en un punto porcentual por sobre la inflación general del país que, según informó el INE el pasado martes, alcanzó 12,3%.
El documento del centro de estudios señala que de las 12 divisiones que conforman la canasta de este indicador, 10 tuvieron una incidencia positiva en el comportamiento del índice, destacando las divisiones Alimentos y bebidas no alcohólicas y Bebidas alcohólicas y tabaco, mientras que las divisiones de Vivienda y servicios básicos y Transporte presentaron una incidencia negativa.
Clapes, además, monitorea el IPC de los adultos mayores, que tuvo una expansión anual de 12,6%, mientras que el IPC de adultos mayores vulnerables tuvo un alza de 15,4%.
Jorge Alfaro, economista de Clapes, explica que cuando se mide el IPC del adulto mayor están viendo los patrones de consumo de una persona de 60 años o más y estos no son iguales a los de una persona promedio.
“Por ejemplo, el adulto mayor destina una mayor fracción de sus ingresos en ítems como los alimentos, vivienda y servicios básicos y salud que una persona promedio. Por lo cual, si es que aumentan los precios de los alimentos, vivienda y servicios básicos y/o salud, como el adulto mayor “gasta” una mayor fracción de sus ingresos en estos ítems, percibirá un mayor nivel de inflación”, señala Alfaro.
Agrega que en el caso del adulto mayor vulnerable, los factores que explican las diferencias radican en los aumentos en precios de alimentos en los últimos meses, como por ejemplo el pan, que acumula una variación en 12 meses de 28,2%.
Además, Alfaro plantea que los ítems de la división de vivienda y servicios básicos también han aumentado sus precios de forma considerable en los últimos meses, como por ejemplo el agua potable, que en 12 meses acumula un incremento cercano al 17,4%. “A la larga, estos aumentos de precios en ítems en donde el adulto mayor gasta una mayor parte de su ingreso, se traducen en que estos son los más afectados por el fenómeno inflacionario”, sostiene.
Por su parte, Pablo Eguiguren, director de políticas públicas de LyD, observa que en los últimos 12 meses, la brecha entre el IPC general y el que afecta a los más vulnerables está dada por el alza en el precio de los alimentos. “Dicho ítem tiene una incidencia mayor en el presupuesto familiar de los hogares de menores ingresos y, por ende, el alza del precio de los alimentos les afecta con más fuerza”, plantea.
Eguiguren señala que, pese a la sorpresiva inflación de enero, la desaceleración de la inflación a partir del segundo semestre del año pasado ayudará a evitar la erosión sobre los salarios (los sueldos reales cayeron casi 2% en 2022). “Sin embargo, el deterioro del mercado laboral que se prevé para 2023 hará más difícil la tarea de mantener el poder adquisitivo de las familias”, anticipa.
Señala también que es importante recordar que la brusca alza de precios ha hecho que solo por ese efecto, haya subido el número de personas que viven bajo la línea de la pobreza en más de 330 mil personas entre 2020 y 2022.
“Por ende, el Gobierno tiene la tarea de generar los incentivos adecuados para que el sector privado pueda volver a crear empleos formales con fuerza, especialmente para las mujeres y jóvenes, y así permitir que los hogares generen mayores ingresos. Por otro lado, debe impedir que medidas populistas, como los retiros de ahorros previsionales o bonos desfocalizados, vuelvan a presionar el nivel de precios”, sostiene.
Mensualmente, Clapes UC elabora el Índice de Precios al Consumidor de escasos recursos. Este tuvo una variación en 12 meses de 13,3% durante enero, disminuyendo respecto de lo ocurrido en el mes anterior (13,7%). El dato en 12 meses de enero para el IPC de las personas de escasos recursos se ubica en un punto porcentual por sobre la inflación general del país que, según informó el INE el pasado martes, alcanzó 12,3%.
El documento del centro de estudios señala que de las 12 divisiones que conforman la canasta de este indicador, 10 tuvieron una incidencia positiva en el comportamiento del índice, destacando las divisiones Alimentos y bebidas no alcohólicas y Bebidas alcohólicas y tabaco, mientras que las divisiones de Vivienda y servicios básicos y Transporte presentaron una incidencia negativa.
Clapes, además, monitorea el IPC de los adultos mayores, que tuvo una expansión anual de 12,6%, mientras que el IPC de adultos mayores vulnerables tuvo un alza de 15,4%.
Jorge Alfaro, economista de Clapes, explica que cuando se mide el IPC del adulto mayor están viendo los patrones de consumo de una persona de 60 años o más y estos no son iguales a los de una persona promedio.
“Por ejemplo, el adulto mayor destina una mayor fracción de sus ingresos en ítems como los alimentos, vivienda y servicios básicos y salud que una persona promedio. Por lo cual, si es que aumentan los precios de los alimentos, vivienda y servicios básicos y/o salud, como el adulto mayor “gasta” una mayor fracción de sus ingresos en estos ítems, percibirá un mayor nivel de inflación”, señala Alfaro.
Agrega que en el caso del adulto mayor vulnerable, los factores que explican las diferencias radican en los aumentos en precios de alimentos en los últimos meses, como por ejemplo el pan, que acumula una variación en 12 meses de 28,2%.
Además, Alfaro plantea que los ítems de la división de vivienda y servicios básicos también han aumentado sus precios de forma considerable en los últimos meses, como por ejemplo el agua potable, que en 12 meses acumula un incremento cercano al 17,4%. “A la larga, estos aumentos de precios en ítems en donde el adulto mayor gasta una mayor parte de su ingreso, se traducen en que estos son los más afectados por el fenómeno inflacionario”, sostiene.
Por su parte, Pablo Eguiguren, director de políticas públicas de LyD, observa que en los últimos 12 meses, la brecha entre el IPC general y el que afecta a los más vulnerables está dada por el alza en el precio de los alimentos. “Dicho ítem tiene una incidencia mayor en el presupuesto familiar de los hogares de menores ingresos y, por ende, el alza del precio de los alimentos les afecta con más fuerza”, plantea.
Eguiguren señala que, pese a la sorpresiva inflación de enero, la desaceleración de la inflación a partir del segundo semestre del año pasado ayudará a evitar la erosión sobre los salarios (los sueldos reales cayeron casi 2% en 2022). “Sin embargo, el deterioro del mercado laboral que se prevé para 2023 hará más difícil la tarea de mantener el poder adquisitivo de las familias”, anticipa.
Señala también que es importante recordar que la brusca alza de precios ha hecho que solo por ese efecto, haya subido el número de personas que viven bajo la línea de la pobreza en más de 330 mil personas entre 2020 y 2022.
“Por ende, el Gobierno tiene la tarea de generar los incentivos adecuados para que el sector privado pueda volver a crear empleos formales con fuerza, especialmente para las mujeres y jóvenes, y así permitir que los hogares generen mayores ingresos. Por otro lado, debe impedir que medidas populistas, como los retiros de ahorros previsionales o bonos desfocalizados, vuelvan a presionar el nivel de precios”, sostiene.
Fuente: El Mercurio