Expertos advierten el riesgo de que la deuda pública suba más de lo previsto por el Gobierno
Escenario se daría en caso de que el déficit cierre en un nivel superior al proyectado por el Ejecutivo y que ingresos sean menores. Para 2025 se espera monto de 41,3% del PIB.
La trayectoria de la deuda pública, que ha venido al alza en los últimos años, es uno de los principales indicadores para medir la sostenibilidad de las finanzas públicas. Desde hace un tiempo ya las clasificadoras de riesgo soberano han puesto una luz de alerta sobre el nivel de pasivos.
Con el fin de tratar de frenar esa tendencia, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, destacó durante el inicio del debate del proyecto de Ley de Presupuesto 2025 que el endeudamiento tenderá a estabilizarse. ‘Esto implica que en 2025 la deuda pública, finalmente, va a dejar de crecer después de 17 años continuados de expansión’, resaltó.
Según datos de la Dirección del Presupuestos (Dipres), en el período del actual Ejecutivo los pasivos aumentarán en 5,1 puntos porcentuales (pp) del PIB, por debajo de los 12,6 pp que crecieron en el segundo gobierno de Sebastián Piñera y de los 10,9 pp de alza en la administración de Michelle Bachelet II.
En el erario 2025 se contempla que el endeudamiento llegará a 41,3% del PIB, levemente sobre el 41,2% del PIB con que se espera cerrar en 2024 (ver gráfico).
Para financiar amortizaciones de deuda, el déficit fiscal y las necesidades de capitalización de empresas públicas, para el próximo año el Gobierno pidió al Congreso una autorización de endeudamiento de hasta por US$ 17.500 millones. Para este año la autorización fue de US$ 18 mil millones.
Sin embargo, los analistas alertan sobre riesgos que harían que la deuda pueda ser mayor, lo que retrasaría su estabilización prevista a partir de próximo año. Explican que el escenario se gatillaría si las proyecciones de déficit fiscal estructural de 1,1% del PIB y de ingresos esperados —como los de la iniciativa de cumplimiento tributario— no se cumplen.
Las alertas fiscales
Una de las primeras advertencias la levantó el economista jefe de Itaú y exjefe de asesores del Ministerio de Hacienda, Andrés Pérez. ‘Hay muchos ítems que están bajo la línea, que han ido sumando a la acumulación de deuda en el tiempo. Varias administraciones han buscado estabilizar la deuda pública en el pasado y se ha ido postergando. Creemos que la estabilización de la deuda en términos brutos es probable que se demore más tiempo. Idealmente se estabilizaría el próximo año, aunque creemos que se va a demorar un par de años más’, explicó Pérez a ‘El Mercurio’.
El analista también advierte que ‘es probable que en dos o tres años nos acerquemos’ al nivel prudencial de deuda de 45% del PIB que planteó el CFA, ‘en caso de que el gasto siga creciendo en estos ritmos’.
Para el próximo año, el Gobierno estimó una variación del desembolso de 2,7% comparado con el erario aprobado para 2024 más los reajustes. No obstante, si se analiza con el Presupuesto que se ejecutará este año, el alza del gasto sería de 3,8%.
La economista sénior de LyD, Macarena García, recuerda que la deuda pública ‘se ve afectada principalmente por las necesidades de financiamiento del Gobierno. Un mayor déficit claramente requiere ser financiado y, dado que prácticamente no contamos con activos financieros en el Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES), un mayor requerimiento de financiamiento se deberá hacer vía emisión de nueva deuda’, alerta.
Ante el riesgo de mayor endeudamiento, la experta plantea que ‘tanto este año como el próximo, el Gobierno debe ser especialmente cuidadoso de no comprometer gastos permanentes en base a ingresos permanentes esperados, sino que solo una vez que tenga certeza de cuántos ingresos adicionales conseguirá’.
Para el economista sénior de Bci Estudios, Antonio Moncado, ‘existen importantes riesgos sobre las proyecciones de deuda presentadas’ en el último Informe de Finanzas Públicas (IFP). Dice que una de las primeras dudas que pueden incidir en este indicador está en la proyección de crecimiento del PIB (2,7%). Lo considera ‘optimista y lejos de los escenarios base privados y del Banco Central’. Cree que un tercer riesgo está en la recaudación de la ley de cumplimiento tributario. Si es menor a lo esperado, ‘la ampliación del déficit se traspasará a los próximos años, afectando estructuralmente la senda de sostenibilidad’. Añade que ‘un menor crecimiento global podría afectar el precio del cobre, rebajando los ingresos por esta vía’.
Con el fin de tratar de frenar esa tendencia, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, destacó durante el inicio del debate del proyecto de Ley de Presupuesto 2025 que el endeudamiento tenderá a estabilizarse. ‘Esto implica que en 2025 la deuda pública, finalmente, va a dejar de crecer después de 17 años continuados de expansión’, resaltó.
Según datos de la Dirección del Presupuestos (Dipres), en el período del actual Ejecutivo los pasivos aumentarán en 5,1 puntos porcentuales (pp) del PIB, por debajo de los 12,6 pp que crecieron en el segundo gobierno de Sebastián Piñera y de los 10,9 pp de alza en la administración de Michelle Bachelet II.
En el erario 2025 se contempla que el endeudamiento llegará a 41,3% del PIB, levemente sobre el 41,2% del PIB con que se espera cerrar en 2024 (ver gráfico).
Para financiar amortizaciones de deuda, el déficit fiscal y las necesidades de capitalización de empresas públicas, para el próximo año el Gobierno pidió al Congreso una autorización de endeudamiento de hasta por US$ 17.500 millones. Para este año la autorización fue de US$ 18 mil millones.
Sin embargo, los analistas alertan sobre riesgos que harían que la deuda pueda ser mayor, lo que retrasaría su estabilización prevista a partir de próximo año. Explican que el escenario se gatillaría si las proyecciones de déficit fiscal estructural de 1,1% del PIB y de ingresos esperados —como los de la iniciativa de cumplimiento tributario— no se cumplen.
Las alertas fiscales
Una de las primeras advertencias la levantó el economista jefe de Itaú y exjefe de asesores del Ministerio de Hacienda, Andrés Pérez. ‘Hay muchos ítems que están bajo la línea, que han ido sumando a la acumulación de deuda en el tiempo. Varias administraciones han buscado estabilizar la deuda pública en el pasado y se ha ido postergando. Creemos que la estabilización de la deuda en términos brutos es probable que se demore más tiempo. Idealmente se estabilizaría el próximo año, aunque creemos que se va a demorar un par de años más’, explicó Pérez a ‘El Mercurio’.
El analista también advierte que ‘es probable que en dos o tres años nos acerquemos’ al nivel prudencial de deuda de 45% del PIB que planteó el CFA, ‘en caso de que el gasto siga creciendo en estos ritmos’.
Para el próximo año, el Gobierno estimó una variación del desembolso de 2,7% comparado con el erario aprobado para 2024 más los reajustes. No obstante, si se analiza con el Presupuesto que se ejecutará este año, el alza del gasto sería de 3,8%.
La economista sénior de LyD, Macarena García, recuerda que la deuda pública ‘se ve afectada principalmente por las necesidades de financiamiento del Gobierno. Un mayor déficit claramente requiere ser financiado y, dado que prácticamente no contamos con activos financieros en el Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES), un mayor requerimiento de financiamiento se deberá hacer vía emisión de nueva deuda’, alerta.
Ante el riesgo de mayor endeudamiento, la experta plantea que ‘tanto este año como el próximo, el Gobierno debe ser especialmente cuidadoso de no comprometer gastos permanentes en base a ingresos permanentes esperados, sino que solo una vez que tenga certeza de cuántos ingresos adicionales conseguirá’.
Para el economista sénior de Bci Estudios, Antonio Moncado, ‘existen importantes riesgos sobre las proyecciones de deuda presentadas’ en el último Informe de Finanzas Públicas (IFP). Dice que una de las primeras dudas que pueden incidir en este indicador está en la proyección de crecimiento del PIB (2,7%). Lo considera ‘optimista y lejos de los escenarios base privados y del Banco Central’. Cree que un tercer riesgo está en la recaudación de la ley de cumplimiento tributario. Si es menor a lo esperado, ‘la ampliación del déficit se traspasará a los próximos años, afectando estructuralmente la senda de sostenibilidad’. Añade que ‘un menor crecimiento global podría afectar el precio del cobre, rebajando los ingresos por esta vía’.
Fuente: El Mercurio