Senador Kast y presupuesto 2025: “Se habla de una economía ya recuperada y eso nadie lo cree”
Tramitará su primer erario como presidente de la comisión que considera el cedazo de este y de prácticamente todos los proyectos de ley. El senador Evópoli se impuso como sello de su gestión aprobar solo proyectos ‘que signifiquen crecimiento para el país’ y aquí adelanta los principales donde concentrará su interés.
Como un período muy difícil para la centroderecha califica el senador de Evópoli Felipe Kast las últimas semanas, en que el caso Audio primero —el ‘más dañino’— y luego el caso Cubillos han marcado el compás del debate y puesto a prueba las confianzas dentro de Chile Vamos.
Por lo mismo, prefiere no ahondar en las cuitas y centrarse en lo que viene. Cómo recomponer la amistad dentro del bloque y, en lo inmediato, la discusión presupuestaria, que esta vez verá como presidente de la comisión de Hacienda del Senado, tradicional cedazo de este y de prácticamente todos los proyectos de ley.
—Definió que su sello será aprobar solo proyectos que signifiquen crecimiento para el país. ¿Qué le parece que sean los ministerios de Medio Ambiente y Cultura en los que más aumentan su presupuesto?
‘Hay dos cosas que hay que revisar con mucho detalle: por qué subieron esos ministerios y para qué. Para eso las subcomisiones son fundamentales y el Gobierno tienen la obligación de justificar no solamente que los números macro calcen, sino también que cada número micro de cada una de las partidas. Cultura ha tenido una muy mala evaluación, el doble clic va a ser muy importante.
Lo otro es la composición del gasto. Qué va a gasto corriente y cuánto a infraestructura o a inversión. Si toda la plata se gasta solo en gasto corriente, renta poco para el país. Si gastas muchísimos de tus recursos en inversión, eso va a generar más crecimiento económico y puede ser muy positivo. Si queremos volver a hablar de crecimiento económico en serio, la composición del gasto puede ser una palanca bien importante’.
—Otra es la estimación de ingresos para que no ocurra en 2025 lo de este año, donde se sobreestimaron.
‘Claramente, y el ministro lo mostró en su presentación del presupuesto. Comos los ingresos fueron menores, tuvieron que hacer recortes para que el balance efectivo estuviese más acorde. Pero siempre uno proyecta ocupando los ingresos estructurales, entonces no es tan raro que haya sorpresas en el camino (…) Veo un tono en el Gobierno, en el ministro Marcel, en Hacienda, de no hacer trampa con los números, sino que probablemente reconocer que se equivocaron en la estimación de ingresos el año pasado y, a futuro, hacerlo bien.
Me preocupa que dentro de los recursos que históricamente el presupuesto contabilizaba como compromisos contingentes a futuro estaba el financiamiento para terminar obras de infraestructura, pero también guardaban para iniciar nuevas obras. Y por lo que miré, eso no está incluido, hay una luz amarilla que la vamos a discutir y le vamos a preguntar a la directora de Presupuestos por qué cambiaron la metodología en la forma de presentar los números, sobre todo en inversiones grandes de infraestructura’.
—La estimación de crecimiento para 2025 supera la del Banco Central y la del mercado, ¿ve exceso de optimismo o autocomplacencia?
‘El ministro Marcel de alguna manera se expone, porque si finalmente el crecimiento es menor, tendrá que dar explicaciones. No es bueno cuando caemos en el conformismo. Y no estamos bien. En seguridad, por ejemplo, el Gobierno ha cometido muchos errores de narrativa política, como decir que hemos logrado combatir la delincuencia, cuando sabemos que no es así. En materia de crecimiento económico, el Gobierno ha sido un poco autocomplaciente y le falta más hambre, sobre todo en ‘permisología’ y certeza jurídica.
Se habla de una economía ya recuperada y eso nadie lo cree. Hay una economía que está bastante debilitada, con bastante poco entusiasmo’.
—¿Considera prudente que el Gobierno pida un espacio de endeudamiento de $17.500 millones?
‘Es otra discusión que también vamos a profundizar. El Gobierno tiene que explicar por qué quiere pedir esa deuda, por qué financiera y económicamente es lo óptimo y no ver otras opciones. Y hay posibilidades de una buena respuesta, que tiene que ver con la arquitectura de tus finanzas públicas, pero el mismo ministro debe explicarlo’.
—La deuda pública superará el 41%, bajo el nivel prudencial de 45%, pero usted habla de lo óptimo. ¿A qué se refiere?
‘El 45% es que no llegue el agua hasta la nariz, porque nos quedamos sin oxígeno, otra discusión es cuál es el nivel óptimo. Quiero valorar que el ministro Marcel y ahora también el Presidente Boric, no así cuando fue diputado, se estén tomando en serio el desafío de los equilibrios fiscales, porque uno de los patrimonios que tiene Chile es la responsabilidad fiscal y lo debemos cuidar.
Pero en los últimos años la deuda pública empezó a crecer brutalmente y empezamos a transformar el superávit que teníamos históricamente en déficits bastante crónicos, a gastar más de lo que ingresaba. ¿Por qué conformarnos con un 42% de deuda pública? ¿Por qué no aspirar a un 30%? Y la respuesta es que nadie ha hecho un estudio serio sobre el nivel de deuda óptima dada la composición del gasto público en Chile. Si todo el gasto público fuesen solo cosas que rentan socialmente —carreteras, puertos— todo este stock de deuda sería bueno, porque la rentabilidad al pedir prestado sería muy superior a los intereses que estamos pagando’.
La ‘reforma tributaria’ que está haciendo el Ministerio de Energía
El senador Kast adelanta que una de las diferencias que habrá con el ministro Marcel es la idea de que si hay un problema en energía, el ministerio respectivo soluciona las tarifas eléctricas con ‘reformas tributarias’. ‘Terminamos transformando el Ministerio de Energía en un mini Ministerio de Hacienda, que hace reformas tributarias, que es lo que está haciendo actualmente. Para compensar el alza de tarifas les cambia las reglas de juego a las generadoras para que paguen más, cuando al momento de entrar ya se les había fijado un precio. Se busca ajustar esos precios e hipotecar la reputación de Chile como un país serio en inversiones. El ministro Marcel se equivoca, el único caso en que estoy de acuerdo que se aplique este criterio es respecto al CAE’.
—El proyecto CAE entra esta semana, ¿cómo anticipa su discusión?
‘Tuvimos una primera reunión con el ministro Cataldo, aún no conocemos el proyecto, y le manifesté al menos dos cosas importantes. Lo primero es que no estoy disponible para inyectar recursos adicionales a la educación superior, toda vez que la gratuidad fue una muy mala política pública y debiéramos haber invertido esos recursos en la primera infancia. La respuesta del ministro Cataldo fue que el proyecto, eventualmente, podría incluso llegar a ahorrar recursos. Estamos a la espera de ver si eso es así o no.
La segunda preocupación que le manifesté es que no nivelen para abajo en las universidades, que no fijen precios, que se permita el copago. Al fijar aranceles por debajo del costo real de la universidad, dejamos que las únicas beneficiadas sean las universidades de pizarrón, mientras que las que invierten en investigación, en estudios, lo pasan muy mal’.
—La última encuesta CEP muestra que los chilenos ven un país estancado y una bajísima aprobación del Congreso y los partidos políticos. ¿Cómo se explica?
‘La gran decepción de la ciudadanía es, primero, la seguridad. El gran pecado de omisión del mundo político chileno es la seguridad. Y de las cosas de las que me siento más orgulloso en mi vida política es haber sido el presidente de la comisión de Seguridad del Senado que más proyectos de ley aprobó, partiendo por la ley Naín-Retamal, ley de usurpaciones, que escribí de puño y letra, trabajé con las víctimas del terrorismo y la sacamos adelante el año pasado.
Afortunadamente a la izquierda cuando le tocó gobernar cambió su discurso, porque cuando estaba Piñera votaron en contra de la ley de usurpaciones, del robo de madera, de la ley antiterrorista, querían dejar sin presupuesto a Carabineros…’.
—¿Y la reforma de pensiones, que lleva años sin avanzar?
‘No es que no se haya hecho nada. La PGU (Pensión Garantizada Universal) que hicimos en el gobierno pasado fue uno de los cambios más importantes que se hayan hecho, del orden de magnitud de la gratuidad en educación superior, pero a diferencia de ese proyecto fue bien diseñado.
Por eso, si vamos a avanzar en una reforma de pensiones ahora, hay que hacerlo con mucha rigurosidad, de buena manera y no con el estilo polarizante, poco riguroso, a ratos incluso populista, que está ocupando la ministra Jara. En cambio, cuando entra Marcel pone el mismo tono que tenemos en la comisión de Hacienda; rigurosidad, análisis, donde los técnicos se sientan a conversar y es más fácil llegar a acuerdo’.
—¿Y qué es lo más le preocupa en esta reforma?
‘Con la reforma de pensiones, en caso de que se llegara a acuerdo, le tengo susto a la idea del autopréstamo. Es crucial que ese préstamo quede contabilizado sobre la línea en la deuda pública, y no que sea una deuda escondida que no aparece en ninguna parte de las finanzas públicas. Ahí el CFA (Consejo Fiscal Autónomo) y el ministro de Hacienda debieran ser muy rigurosos, porque hoy tenemos un nivel de deuda que paga intereses muy altos’.
El próximo gobierno ‘primero debería decir qué va a recortar, antes de prometer’
Y agrega que parte del problema es que los gastos no están rentando lo que se cobra en intereses. Por eso, agrega, la evaluación de los programas sociales es clave, tema al que se dedicará una sesión completa de la Comisión Mixta de Presupuestos este miércoles. La directora de Presupuestos, Javiera Martínez, presentará la evolución de los programas sociales.
—Los programas sociales se evalúan mal hace años, sin grandes cambios, ¿qué falta?
‘Falta el paso siguiente que es atreverse a cortar lo que no funciona. Quien llegó más lejos en eso fue Ignacio Briones con el presupuesto base cero, que no solamente tiene la virtud de recortar, sino que le da la oportunidad al ministerio de usar mejor esos recursos que ahorró’.
—Hoy hay holguras, ¿cómo evitar que el próximo gobierno tenga la tentación de hacer algún proyecto para allegar más recursos?
‘Lo primero que debería decir el gobierno que llegue es qué va a recortar antes de pensar en qué va a prometer. Pero es difícil, gran parte del presupuesto está amarrado por leyes que no pueden cortar y no existen incentivos a recortar gastos, dado que los ahorros o mayores eficiencias terminan transformándose en menores recursos al año siguiente.
La subejecución se castiga, porque se asume que es ineficiencia, y no es necesariamente mala. Si hay programas sociales, por ejemplo, de transferencias directas o entrega de subsidios, la subejecución es un problema porque significa que no se gastó plata que era para la gente. En cambio, cuando se subejecuta por gasto en personal, en burocracia, o en servicios generales del ministerio, eso hay que premiarlo’.
Fuente: El Mercurio