Permisología: SEA pone término anticipado a proyecto renovable de Colbún por US$ 1.400 millones
Luego de una serie de observaciones realizadas por organismos públicos, el Servicio de Evaluación Ambiental puso término anticipado a la evaluación ambiental del proyecto de almacenamiento de energía renovable “Central de Bombeo Paposo” de Colbún. Se trata de uno de los proyectos más innovadores de Chile y Latinoamérica, puesto que utilizará un circuito cerrado de recirculación de agua desalinizada, con la cual se generará energía que será inyectada al sistema en las horas de mayor demanda.
Qué observar. Tras una batería de observaciones por parte de organismos públicos, el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) resolvió poner término anticipado a la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto de almacenamiento de energía renovable “Central de Bombeo Paposo” de Colbún. La iniciativa de US$ 1.400 millones se emplazará en la comuna de Taltal, Región de Antofagasta.
El 10 de junio de 2024 el titular había ingresado el proyecto al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). Cuatro días después fue admitido a trámite. Se trata de un innovador proyecto de almacenamiento de energía, pionero en Chile y Latinoamérica, que utilizará un circuito cerrado de recirculación de agua desalinizada, con la cual se generará energía que será inyectada al sistema en las horas de mayor demanda. Según un comunicado de la empresa, la central tendrá una potencia estimada de hasta 800 MW, generando aproximadamente 1.800 GWh al año. Esto contribuirá a reducir significativamente las emisiones de CO2, equivalentes a plantar 4.148.571 árboles o sacar de circulación 116.160 vehículos anualmente. Además, permitirá que casi medio millón de hogares accedan a energía limpia y sustentable, especialmente durante el horario de mayor demanda. En cuanto a los plazos, se estimaba que la construcción comenzara a mediados de 2026 y que entrara a operar en 2029. La decisión del SEA podría significar un retraso en los plazos estipulados inicialmente.
La batería de observaciones. Fueron más de 15 organismos los que hicieron observaciones al proyecto. Entre ellos, Conaf, el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), la Dirección General de Aguas, y al menos seis secretarías ministeriales.
Por ejemplo, el CMN estimó en sus observaciones -entre otras cosas- que se debe implementar una caracterización, durante la evaluación, de los depósitos sub-superficiales de los sitios arqueológicos hallados durante la línea de base arqueológica, “a través de la implementación de una red de pozos de sondeo, separados a no más de 10 metros y con un mínimo de 4 pozos por sitio, esto con el fin de establecer el perímetro real del sitio y su potencialidad estratigráfica”. El organismo justificó que esto se debe a que son sitios que se encuentran en la costa y pueden haber tenido ocupaciones humanas con restos arqueológicos sub-superficiales que podrían ser afectadas por las obras. La autoridad también solicitó modificar la potencialidad paleontológica en el informe final. La Conaf pidió delimitar en una figura, a escala visible, el área de influencia del componente vegetación y flora del proyecto, “identificando claramente las formaciones vegetacionales dominantes [Matorral, Formación de Suculentas y Zona con Vegetación Escasa]”. En la resolución de término anticipado, el SEA reconoció que el titular tomó en cuenta el impacto ambiental significativo “a ocho grupos humanos pertenecientes a pueblos indígenas del Pueblo Chango que habitan el territorio cercano a las partes, obras y acciones del Proyecto”. Sin embargo, estimaron que en la matriz de calificación del impacto el titular no entregó antecedentes técnicos para explicar “el por qué la proximidad constituye un impacto ambiental, remitiéndose únicamente a indicar que las partes y obras del Proyecto se emplazan próximos a sitios de significación cultural del Pueblo Chango”.
Relacionamiento temprano comunitario. La empresa realizó un proceso de relacionamiento temprano con las comunidades de Paposo y Taltal, en julio de 2022, que proporcionó valiosos insumos para el Estudio de Impacto Ambiental (EIA). Gracias a la Participación Ciudadana Anticipada (PACA 1), se incorporaron sugerencias de la comunidad que modificaron el proyecto original, minimizando sus impactos ambientales.
Tecnología disruptiva. El proyecto consiste en un sistema de almacenamiento y generación de energía renovable sin emisiones y está diseñado para complementar las fuentes solares y eólicas, contribuyendo a la descarbonización de la matriz energética durante las noches y madrugadas, cuando la demanda es mayor y no hay generación solar.
El sistema consta de dos componentes principales: un embalse superior ubicado a 1.500 metros sobre el nivel del mar, aprovechando la morfología natural del terreno, y un reservorio inferior situado al pie del farellón, que alberga una casa de máquinas con turbinas generadoras. El funcionamiento es el siguiente: durante la tarde, noche y madrugada, el agua fluye desde el reservorio superior al inferior, generando energía que se inyecta al sistema; mientras que durante el día, el proyecto extrae energía del sistema para bombear el agua desde el reservorio inferior al superior, creando un ciclo continuo de generación y almacenamiento de energía limpia.
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Fuente: Ex-ante.cl