Fitch Ratings se suma a Moody’s y mantiene la clasificación crediticia de Chile
Fitch Ratings anunció que la calificación de Chile relativa a la deuda a largo plazo en divisas se mantuvo en A-, con perspectiva estable. Sin embargo, la firma advirtió que ve problemas en que el país no pueda aumentar su recaudación vía impuestos.
Fitch Ratings anunció que la clasificación de Chile relativa a la deuda a largo plazo en divisas se mantuvo en -A con perspectiva “estable”. Una actuación de evaluación de la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones financieras que fue en línea con lo realizado por Moody’s, hace tres semanas, cuando mantuvo su clasificación crediticia de los papeles soberanos de Chile en A2 y también su perspectiva “estable”.
Según comentó la agencia, los principales factores que determinaron mantener la calificación de su riesgo crediticio tuvo relación con el contexto de que, Chile tiene un balance fiscal “relativamente fuerte” y con una relación de deuda pública/PIB “muy por debajo de sus pares”.
Así, la firma espera que el PIB de Chile durante este año suba 2,8%. Una cifra un poco más arriba que el 2,7% que ve el gobierno del Presidente Gabriel Boric para el PIB de este año.
Otra de las fortalezas de Fitch para Chile tuvo relación con que se mantienen “creíbles” las políticas del país en relación con mantener la inflación en un rango del 3% y tener un tipo de cambio flexible.
Respecto a los ingresos del fisco, Fitch ve una recuperación de la situación fiscal con un déficit al 2024 de 1,9% del PIB desde el 2,4% registrado en 2023. La firma respalda este escenario en base a que aumente el precio del cobre y mejoren las cifras de crecimiento de Chile.
Mientras que, por el otro lado, la firma alertó porque ve que las perspectivas de la deuda/PIB del gobierno central empeoran en relación con el 2023, de 39,4% a 40,6%. Un nivel en línea con sus pares, pero superior a la hora de medirlo con relación a deuda/ingresos del gobierno central, según Fitch.
Además, según sus previsiones, los ingresos per cápita seguirán “siendo bajos en comparación con sus homólogos”. A esto, Fitch también alertó por “una elevada dependencia de las materias primas y unos débiles indicadores de apalancamiento externo y de liquidez”.
Fitch también comentó el difícil escenario que ve para que las reformas como la previsional y el pacto fiscal puedan ver la luz. Para la firma, el no tener mayoría en el Congreso, la baja en la popularidad del Presidente Gabriel Boric y el comienzo de las campañas electorales complicarían la capacidad del Ejecutivo para llegar a acuerdos.
Ante esto, la agencia comentó su preocupación en base a que el pacto fiscal no sea aprobado. “Fitch considera que la imposibilidad de aumentar los impuestos para hacer frente a las presiones sobre el gasto constituye un inconveniente, ya que podría dar lugar a desviaciones presupuestarias”, dijo en su nota.
Sin embargo, en el texto, también plantea que “no se sabe con certeza si generará” la recaudación que busca aumentar los ingresos cerca de un 2,7% del PIB al año.
Sobre el futuro de las tasas de interés y trayectoria de la inflación, Fitch ve que la trayectoria a la baja de la inflación y los recortes sucesivos de la Tasa de Política Monetaria (TPM) se podría complicar ante el efecto que podría tener en la economía el descongelamiento del valor de la energía tras su pausa en 2019 y por el actuar de la Reserva Federal de Estados Unidos.
“Esta trayectoria podría verse complicada por la elevada incertidumbre en torno a los efectos de segunda ronda ligados a la descongelación de las tarifas eléctricas y a la orientación de la política monetaria de la Reserva Federal, más elevada y prolongada”, comentó.
Según comentó la agencia, los principales factores que determinaron mantener la calificación de su riesgo crediticio tuvo relación con el contexto de que, Chile tiene un balance fiscal “relativamente fuerte” y con una relación de deuda pública/PIB “muy por debajo de sus pares”.
Así, la firma espera que el PIB de Chile durante este año suba 2,8%. Una cifra un poco más arriba que el 2,7% que ve el gobierno del Presidente Gabriel Boric para el PIB de este año.
Otra de las fortalezas de Fitch para Chile tuvo relación con que se mantienen “creíbles” las políticas del país en relación con mantener la inflación en un rango del 3% y tener un tipo de cambio flexible.
Respecto a los ingresos del fisco, Fitch ve una recuperación de la situación fiscal con un déficit al 2024 de 1,9% del PIB desde el 2,4% registrado en 2023. La firma respalda este escenario en base a que aumente el precio del cobre y mejoren las cifras de crecimiento de Chile.
Mientras que, por el otro lado, la firma alertó porque ve que las perspectivas de la deuda/PIB del gobierno central empeoran en relación con el 2023, de 39,4% a 40,6%. Un nivel en línea con sus pares, pero superior a la hora de medirlo con relación a deuda/ingresos del gobierno central, según Fitch.
Además, según sus previsiones, los ingresos per cápita seguirán “siendo bajos en comparación con sus homólogos”. A esto, Fitch también alertó por “una elevada dependencia de las materias primas y unos débiles indicadores de apalancamiento externo y de liquidez”.
Fitch también comentó el difícil escenario que ve para que las reformas como la previsional y el pacto fiscal puedan ver la luz. Para la firma, el no tener mayoría en el Congreso, la baja en la popularidad del Presidente Gabriel Boric y el comienzo de las campañas electorales complicarían la capacidad del Ejecutivo para llegar a acuerdos.
Ante esto, la agencia comentó su preocupación en base a que el pacto fiscal no sea aprobado. “Fitch considera que la imposibilidad de aumentar los impuestos para hacer frente a las presiones sobre el gasto constituye un inconveniente, ya que podría dar lugar a desviaciones presupuestarias”, dijo en su nota.
Sin embargo, en el texto, también plantea que “no se sabe con certeza si generará” la recaudación que busca aumentar los ingresos cerca de un 2,7% del PIB al año.
Sobre el futuro de las tasas de interés y trayectoria de la inflación, Fitch ve que la trayectoria a la baja de la inflación y los recortes sucesivos de la Tasa de Política Monetaria (TPM) se podría complicar ante el efecto que podría tener en la economía el descongelamiento del valor de la energía tras su pausa en 2019 y por el actuar de la Reserva Federal de Estados Unidos.
“Esta trayectoria podría verse complicada por la elevada incertidumbre en torno a los efectos de segunda ronda ligados a la descongelación de las tarifas eléctricas y a la orientación de la política monetaria de la Reserva Federal, más elevada y prolongada”, comentó.
Fuente: La Tercera - Pulso