Constructoras e inmobiliarias cuentan cómo abordan la crisis y ven repunte a fines de 2024
Ajustes en dotaciones desde fines de 2019, freno a compras de terrenos, foco en obras civiles a industrias como la minería y una apuesta por las viviendas con subsidio, son algunas de las medidas que han adoptado las compañías.
La actividad de la construcción lleva 26 meses consecutivos de retrocesos interanuales, la peor racha desde 1990, y se prevé que este año la inversión sectorial baje por segundo año consecutivo. Esto, en medio de la debilidad de la economía, del mercado inmobiliario y de restricciones financieras para proyectos y también para las personas que buscan adquirir una vivienda.
Diversas son las estrategias que han puesto en marcha las grandes constructoras e inmobiliarias abiertas en bolsa y que reportan sus balances a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), para enfrentar la crisis sectorial que comenzó tras el estallido de octubre de 2019 y se intensificó luego de la pandemia en 2020.
Socovesa acusó hace unos días el golpe de la crisis tras reportar pérdidas por $25.300 millones en 2023, siendo la primera vez en su historia que registra un resultado negativo. Ello, por aumento de los desistimientos de promesas de compraventa y ‘permisología’ municipal, entre otros.
A la vez, la firma —ligada a la familia Gras— señaló que iniciará una reestructuración organizacional a partir del segundo trimestre de este año.
Pero no todas las compañías del rubro están planeando realizar ajustes en sus estructuras y dotaciones en los próximos meses. En algunos porque ya lo hicieron hace unos años o bien lo han realizando de forma paulatina, cuentan a ‘El Mercurio’ las empresas.
Asimismo, y junto con entregar sus proyecciones para el rubro (ver recuadro), las compañías detallan las apuestas que han efectuado para enfrentar la crisis, como son apostar a obras civiles —minería y otras industrias—, reducir inversiones en terrenos y ajustar stocks de viviendas o bien participar en el segmento habitacional con subsidio.
Nuevos focos
La constructora Besalco ha combatido el magro escenario económico a través de la diversificación de sus negocios (maquinarias, obras civiles, inmobiliario, proyectos de inversión). En 2023, alcanzó utilidades por $44.137 millones, 8,9% superiores a las del año previo, siendo el mejor resultado de su historia.
Besalco no considera una ‘reducción significativa’ de su dotación, ‘básicamente debido a nuestra cartera de proyectos en desarrollo, que incluyen importantes obras civiles para mandantes del sector minero e industrial, entre otros’, señalan fuentes de la compañía.
Al cierre de 2023, Besalco tenía una dotación de 13.517 trabajadores, la cual a marzo de este año se mantiene ‘relativamente estable’, indican en la empresa.
La inmobiliaria Paz Corp acusó el golpe de la debilidad del mercado residencial en 2023. Si bien logró ganancias por $19.259 millones ese año, estas fueron la mitad de las obtenidas en 2022. Ese año registró 1.401 trabajadores en Chile, mientras que el ejercicio pasado cerró con 1.283 colaboradores, una reducción de 113 puestos.
Paz Corp explica que esa disminución en el equipo está vinculada a que el año pasado contaban con dos proyectos menos en ejecución que al cierre de 2022. ‘Nuestra proyección es mantener un número relativamente constante de obras en el tiempo, por lo que esperamos una cierta estabilidad en nuestra dotación’, agrega.
Pablo Ivelic, gerente general del grupo Echeverría Izquierdo, afirma que ‘por el momento no planeamos grandes reestructuraciones’. Explica que ‘nos hemos ido ajustando a los nuevos escenarios enfocándonos en dos segmentos estratégicos: construcción y servicios para la minería y soluciones habitacionales para segmentos medios. Prevemos una creciente actividad en ambos segmentos para los próximos años’.
En 2023, Echeverría Izquierdo registró una dotación promedio de 11.423 colaboradores, cerrando el año con 10.443 trabajadores. Un año antes, la compañía dio empleo a 13.011 personas. Esa diferencia se debe a la mayor participación de la firma en proyectos de minería, que son menos intensivos en mano de obra que otros segmentos, explica Ivelic. ‘Sin embargo, esto también significó que los ingresos de 2023 fueron 5% superiores al periodo anterior y anotaron un máximo histórico para la compañía’, añade.
‘Para 2024 prevemos ventas similares a 2023, respaldadas por el backlog (contratos por ejecutar) de ingeniería y construcción, que hemos logrado mantener en niveles máximos desde hace tres años, en un escenario de baja inversión’, indica el ejecutivo.
Por otra parte, pese a una merma de 30,8% en las ganancias del negocio inmobiliario, la constructora Ingevec reportó una utilidad general de $10.431 millones en 2023, un alza de 3,7% anual.
Rodrigo González, gerente general de Ingevec, comenta que ‘producto de la menor demanda en el sector privado, hemos reenfocado nuestro negocio a otros segmentos de mercado, principalmente a desarrollos de proyectos de viviendas sociales, donde actualmente existe un mayor nivel de inversión y una alta demanda’.
González sostiene que ‘desde ese enfoque esperamos no disminuir de forma importante la dotación, situación que estamos evaluando de manera permanente, siempre velando por la competitividad de la empresa’. Al cierre de 2022, la firma tenía 3.557 trabajadores, cifra similar a la del año pasado.
SalfaCorp fue contactada para este artículo, pero la compañía declinó participar. El grupo constructor tenía 19.190 colaboradores al cierre de 2022, cantidad que bajó a 18.382 al finalizar 2023. La mayor caída en ese periodo se produjo en su filial inmobiliaria Aconcagua (598 personas menos).
Ajustes postestallido
Ante el impacto de la pandemia y el estallido, Moller y Pérez-Cotapos (MPC) ha realizado desde hace ya cuatro años un proceso de ajuste. Así, la compañía suspendió la inversión en compra de terrenos y el lanzamiento de nuevos proyectos, además de adaptar el tamaño de las etapas de desarrollo de los proyectos en extensión —casas— ante las nuevas condiciones de demanda. Ello incidió en una reducción en los gastos de administración, mientras que su dotación bajó de 3.257 colaboradores en diciembre de 2019 a solo 818 trabajadores al cierre de 2023.
‘En los últimos tres años, el foco de la compañía en el segmento inmobiliario ha estado orientado en la disminución de su stock, reduciéndolo en un 60% aproximadamente’, señala MPC. La firma obtuvo ganancias por $959,7 millones en 2023, que se comparan positivamente con las pérdidas de $2.044 millones del año previo.
Inmobiliaria Manquehue también admite que ha adoptado medidas desde fines de 2019. Su gerente general, Juan Eduardo Bauzá, señala que la firma ‘ha estado implementando un proceso de optimización permanente, generando los cambios organizacionales y operacionales necesarios para mejorar su eficiencia operativa y fortalecer su competitividad y sostenibilidad financiera de largo plazo’.
Bauzá añade que han realizado reestructuraciones en todas las áreas del negocio. Esto ha incluido reducción de colaboradores y externalización de aspectos como la construcción de los proyectos inmobiliarios con empresas especializadas, ‘lo que ha resultado en una mayor eficiencia’, agrega.
Fuente: El Mercurio