Efectos de las lluvias, alza del transporte público y dólar presionan el IPC de septiembre y ponen sesgo alcista a estimaciones 2023
Si bien los economistas señalan que aún es pronto para saber con exactitud el impacto de este conjunto de factores, algunos ya están ajustando hacia arriba sus pronósticos de la inflación del año, en algunas décimas. Eventualmente, eso podría incidir en que el registro en 12 meses no sea de 4% o menos al cierre de diciembre.
Los precios de las verduras, principalmente de las hortalizas, podrían verse impactados por las inundaciones en la zona centro-sur de país, afectando el IPC de septiembre. Se trata de un fenómeno similar a lo sucedido en junio, pero ahora, esta situación climática se sumará al alza que ya tuvo la tarifa del transporte público en $10 y al incremento del precio del dólar de las últimas semanas, que lo llevó a superar los $870, aunque este miércoles retrocedió un poco.
Esta combinación de factores podría golpear la inflación en lo más inmediato, aunque los economistas afirman que todavía es pronto para poder determinar en cuánto. Para el año, las expectativas se venían ajustando a la baja. Así, si en junio el mercado esperaba 4,7% para el cierre a diciembre, en la última Encuesta de Expectativas Económicas de agosto el promedio de dicha proyección se estacionó en 4,1%. Incluso más, al segmentar las probabilidades, el 36% de los economistas preveía que el IPC anual terminaría en 4% o menos. Para el próximo año, en tanto, los pronósticos estaban en 3%.
Por su parte, la última proyección que entregó el Banco Central para 2023, en el Informe de Política Monetaria (Ipom) de junio, fue de 4,2%.
En lo más concreto, Tomás Flores, economista de LyD, sostiene que “el impacto en hortalizas, legumbres y tubérculos podría agregar cerca de dos décimas a la variación del IPC de septiembre, lo que aún no implica cambiar la proyección para el año”.
En una línea similar, el economista jefe de Bci, Sergio Lehmann, explica que “los desbordes de ríos y canales provocados por las lluvias han producido un daño en la agricultura de la zona centro-sur del país, especialmente en lo referido a la producción de hortalizas. Esto va a llevar a alzas en los precios de estos alimentos, que se reflejaría en una a dos décimas de mayor inflación al cierre del año”.
En tanto, Natalia Aránguiz, socia y gerenta de Estudios en Aurea Group, considera que “ciertamente estos acontecimientos presionan los precios de numerosos ítems de la canasta, pero no necesariamente se traducen en un alza significativa en la inflación”.
Para la economista, se debe tener en cuenta lo siguiente: “En primer lugar, en el caso de las lluvias, es precipitado realizar estimaciones de las pérdidas en el sector agrícola. En segundo lugar, el alza del dólar creemos que es algo transitorio y no responde a los fundamentales, por lo que esperamos que regrese pronto bajo los $830, y finalmente, el alza en el transporte de $10 en las tarifas causa un impacto en la canasta total inferior al 0,02%”. Por todo ello, mantiene una previsión para el año en torno a 4%.
Lehmann también cree que “el efecto del alza de las tarifas del transporte público es de segundo orden. Lo anterior ya se recoge en las proyecciones de inflación para agosto, septiembre y octubre. El efecto combinado nos ha llevado a elevar las perspectivas de cierre de año en cuatro décimas respecto a lo que veíamos hace un mes y medio atrás”. De esta manera, dice que subieron su proyección desde 3,8% de inflación, “a una que cerraría en 4,2%”.
Flores agrega que “si bien no se altera aún la proyección para el año, que es 4,1%, sí cambia a sesgo alcista, ya que otras divisiones del IPC están con trayectoria alcista, como ocurre con los combustibles”. Puntualiza que septiembre “es el mes que recoge el impacto de las lluvias y tarifa de RED, mientras que el aumento del dólar observado en agosto se transmitirá en los siguientes meses”.
Finalmente, Felipe Alarcón, economista asesor de EuroAmerica, indica que “por ahora estamos en una posición similar a la de junio, donde no esperamos un impacto significativo en la inflación producto del alza de precios de hortalizas”. No obstante, precisa que “de haber un impacto, este se materializaría principalmente en el IPC septiembre”. De hecho, para ese mes espera una mayor incidencia positiva de 0,07 pp, no sólo por el valor de las hortalizas, sino que además por el de las naranjas y papas. Estas últimas han subido de precio a lo largo del año, producto de la menor superficie sembrada esta temporada, algo que ha venido anticipando Odepa.
Por tal razón, Alarcón reconoce que están incrementando la proyección de variación del IPC anual desde 4% a 4,3%, “producto del mayor precio de alimentos y el efecto del tipo de cambio. Dentro de los alimentos se incluye también el mayor precio de las carnes”. El economista además suma otro factor que “está jugando al alza, y es que esperamos un aumento en las tarifas eléctrica en octubre y que incidiría 0,1 puntos porcentuales en el IPC de ese mes”.
Para el economista de Hermann Consultores, Jorge Hermann, los últimos acontecimientos cambian la perspectiva para la inflación: “El alza de la frutas y verdura, combustibles y dólar modifican el panorama de la inflación con un aumento de la inflación proyectada en torno al 4,4% anual a diciembre del 2023?, sostiene.
En ese contexto, añade que “el panorama inflacionario es complejo hacia adelante, porque el factor combustibles ya no ayudará como en el semestre pasado y a eso se le suma el alza de los perecibles por el desastre agrícola del frente de mal tiempo más un dólar en US$ 850, que debería llevar a que el IPC de septiembre este sobre el 0,7% mensual”.
Fuente: La Tercera - Pulso