Grupo Sencorp, ligado a la familia Senerman, deja sus oficinas en los pisos más altos de la Torre Titanium y las arrienda a la minera BHP
En enero pasado, Grupo Sencorp —ligado a la familia Senerman— logró por amplia mayoría la aprobación de su plan de reorganización judicial, dando una señal de continuidad de sus operaciones al mercado.
Hasta hace poco tiempo, la empresa ocupaba los últimos dos pisos (52 y 53) de la Torre Titanium, construida e inaugurada por el grupo en 2010. Pero la compañía tomó la decisión de arrendar esas oficinas, buscando mayor eficiencia y también aprovechando la opción de un buen negocio.
Así, a fines de mayo, Sencorp se trasladó al piso 34 de ese icónico edificio de “Sanhattan”, inaugurando el cambio con una actividad íntima, para colaboradores, a quienes se les presentó la visión del negocio a seguir desarrollando, dijeron conocedores de la actividad.
En la ocasión se comentó sobre la decisión de alquilar las oficinas a una “reconocida compañía minera”, en un contrato de largo plazo, y también de la reorganización y sus dificultades, añadieron las fuentes.
Esa “reconocida minera” es la angloaustraliana BHP, que se quedó con los pisos 51, 52 y 53 de la torre, aunque a este último solo se puede llegar desde el nivel 52 y algunos no lo consideran un piso como tal, comentan quienes conocen la transacción.
BHP tiene oficinas en Cerro El Plomo y las nuevas instalaciones en Torre Titanium no serían necesariamente para dejar esa ubicación. En el sector inmobiliario comentan que los valores de arriendo en el edificio construido por Sencorp transitan entre las 0,54 a 0,60 UF por metro cuadrado, siendo el promedio de 0,57 UF el m2.
La reorganización del grupo inmobiliario de los Senerman —reconocido por desarrollar los edificios más emblemáticos del barrio El Golf— se remonta al 21 de septiembre de 2022, proceso que realizó a través de dos sociedades y en dos tribunales. En el 26° Juzgado Civil de Santiago ingresó el procedimiento de Sencorp SpA, mientras que en el 13er Juzgado Civil capitalino puso los antecedentes de Sendero. Esto, tras acusar el impacto del estallido de 2019, las restricciones sanitarias por la pandemia que afectaron la vacancia de oficinas y locales comerciales, además de factores como el alza de los costos, entre otros. El grupo admitió deudas por un total de $227.000 millones.
Una parte de la propuesta de reorganización —aprobada en enero pasado— contempla la venta de activos prescindibles que son, principalmente, oficinas, estacionamientos y bodegas en seis edificios del sector de Sanhattan, en Las Condes. Eso, unido a un conjunto de terrenos.
Fuente: El Mercurio