Economistas debaten por el sobreajuste y ven riesgos a futuro si tasa rectora sigue alta
Si se van dando las condiciones de baja en la inflación, los recortes de tasas pueden ser más rápidos, señalan.
Analistas consultados difieren del diagnóstico de que la economía ya esté en un sobreajuste, aunque advierten de riesgos si la tasa de interés de política monetaria (TPM) se mantiene alta por más tiempo del necesario.
El economista jefe de Scotiabank Chile, Jorge Selaive, señaló en entrevista con “El Mercurio” que el sobreajuste ya está presente en la economía, visión que no comparte el coordinador macroeconómico de Clapes UC, Hermann González. Hace ver que el Banco Central está atacando, vía tasa de interés, el problema inflacionario y ese ajuste de la economía para contener el crecimiento del gasto era necesario para cumplir con la meta de inflación.
Alude a las proyecciones de crecimiento de la economía, que actualmente están en 0% o levemente negativas, lo cual no ha cambiado en los últimos meses, ubicándose dentro del escenario que el Banco Central proyectó en el IPoM de marzo y que posiblemente mantenga en el informe de junio.
“El principal problema de la economía chilena es uno de desequilibrios macroeconómicos, con exceso de gasto, alta inflación, déficit en cuenta corriente y la forma de lidiar con eso era con tasas de interés altas”, enfatiza. Eso sí, sabiendo que estamos próximos a un punto de inflexión en que las tasas van a comenzar a bajar, dice que el Banco Central deberá tener mucho cuidado en cómo conduce la política monetaria de ahí en adelante. “En un proceso en que la inflación empieza a ceder, si la inflación baja rápido, las tasas de interés tienen que bajar también muy rápido para evitar daños mayores sobre la economía, cuestión en la que el Central tiene total flexibilidad”, asegura.
El último Imacec de abril marcó una caída de -1,1%, una contracción mayor que la prevista por el mercado, mientras que la variación de 0,1% en el IPC de mayo fue menor que lo esperado, llevando a una reducción de la inflación total a 8,7% en doce meses, frente a 9,9% el mes anterior.
En opinión de Tomás Izquierdo, gerente general de Gemines Consultores, el mercado es muy sensible al último dato, pero hay otros elementos a tomar en consideración. Reconoce que hay espacio para pensar que las brechas de capacidad se están cerrando y que la economía se está reequilibrando. Eso sí, no percibe que la economía enfrente un ajuste excesivo. En doce meses la caída está influenciada por altas bases de comparación, pero nota que en series desestacionalizadas, la línea tendencial de la demanda interna o consumo está en el nivel que traía preestallido de octubre de 2019, por lo que no ve un desalineamiento.
En cuanto a la menor inflación, llama la atención sobre la inflación sin volátiles, que al promediar los últimos tres meses en términos anualizados llega a 11,6% y al tomar el mismo período, la inflación subyacente (IPCSAE) está en 8,4% anual. “Tampoco nos entusiasmemos demasiado, recordemos que nuestra economía tiene muchos mecanismos de indexación en el sector de servicios, hay una inercia inflacionaria que no se va a frenar de un día para otro. El Banco Central tiene que ser muy cuidadoso en esto”, dijo Izquierdo.
Para Lorena Palomeque, economista del Banco Santander, “el riesgo de sobreajuste de la economía —con una contracción adicional de la actividad— se asoma, por lo que las condiciones para iniciar el proceso de recortes de la TPM son cada vez más evidentes”.
Su percepción es que la tendencia inflacionaria descendente, precios energéticos a la baja, un mercado laboral con signos de debilitamiento y, en términos externos, la debilidad de la economía china, apuntan a un contexto en que se alejan los riesgos de una mayor inflación. “En contraste, se corre el riesgo de que la demanda interna profundice en los próximos trimestres el ajuste ya observado en los últimos registros”, advierte.
En la misma línea, el decano de la Facultad de Economía y Negocios de la UST, Enrique Paris Horvitz, estima que el objetivo de una inflación del 5% a fin de año es posible y “en la medida de que el Banco Central de una señal de baja de tasas esa disminución en los precios también puede apoyar la recuperación de la actividad económica durante el segundo semestre de 2023”
González estima que al validarse el escenario del IPoM de marzo, donde la economía crece cerca de 0% este año y la inflación converge a algo menos de 5% a fin de año y si la inflación sin volátiles sigue bajando, lo coherente sería validar que el primer recorte de tasa tiene que ser en el tercer trimestre. Puede ser en julio, e iniciar el proceso no de manera agresiva, entregando en junio una clara orientación al mercado de lo que viene, dice.
Izquierdo también apunta a julio para el inicio de recortes y pronostica cuatro bajas, partiendo por 0,75 pb y cerrando el año con una TPM entre 7% y 8%.
El economista jefe de Scotiabank Chile, Jorge Selaive, señaló en entrevista con “El Mercurio” que el sobreajuste ya está presente en la economía, visión que no comparte el coordinador macroeconómico de Clapes UC, Hermann González. Hace ver que el Banco Central está atacando, vía tasa de interés, el problema inflacionario y ese ajuste de la economía para contener el crecimiento del gasto era necesario para cumplir con la meta de inflación.
Alude a las proyecciones de crecimiento de la economía, que actualmente están en 0% o levemente negativas, lo cual no ha cambiado en los últimos meses, ubicándose dentro del escenario que el Banco Central proyectó en el IPoM de marzo y que posiblemente mantenga en el informe de junio.
“El principal problema de la economía chilena es uno de desequilibrios macroeconómicos, con exceso de gasto, alta inflación, déficit en cuenta corriente y la forma de lidiar con eso era con tasas de interés altas”, enfatiza. Eso sí, sabiendo que estamos próximos a un punto de inflexión en que las tasas van a comenzar a bajar, dice que el Banco Central deberá tener mucho cuidado en cómo conduce la política monetaria de ahí en adelante. “En un proceso en que la inflación empieza a ceder, si la inflación baja rápido, las tasas de interés tienen que bajar también muy rápido para evitar daños mayores sobre la economía, cuestión en la que el Central tiene total flexibilidad”, asegura.
El último Imacec de abril marcó una caída de -1,1%, una contracción mayor que la prevista por el mercado, mientras que la variación de 0,1% en el IPC de mayo fue menor que lo esperado, llevando a una reducción de la inflación total a 8,7% en doce meses, frente a 9,9% el mes anterior.
En opinión de Tomás Izquierdo, gerente general de Gemines Consultores, el mercado es muy sensible al último dato, pero hay otros elementos a tomar en consideración. Reconoce que hay espacio para pensar que las brechas de capacidad se están cerrando y que la economía se está reequilibrando. Eso sí, no percibe que la economía enfrente un ajuste excesivo. En doce meses la caída está influenciada por altas bases de comparación, pero nota que en series desestacionalizadas, la línea tendencial de la demanda interna o consumo está en el nivel que traía preestallido de octubre de 2019, por lo que no ve un desalineamiento.
En cuanto a la menor inflación, llama la atención sobre la inflación sin volátiles, que al promediar los últimos tres meses en términos anualizados llega a 11,6% y al tomar el mismo período, la inflación subyacente (IPCSAE) está en 8,4% anual. “Tampoco nos entusiasmemos demasiado, recordemos que nuestra economía tiene muchos mecanismos de indexación en el sector de servicios, hay una inercia inflacionaria que no se va a frenar de un día para otro. El Banco Central tiene que ser muy cuidadoso en esto”, dijo Izquierdo.
Para Lorena Palomeque, economista del Banco Santander, “el riesgo de sobreajuste de la economía —con una contracción adicional de la actividad— se asoma, por lo que las condiciones para iniciar el proceso de recortes de la TPM son cada vez más evidentes”.
Su percepción es que la tendencia inflacionaria descendente, precios energéticos a la baja, un mercado laboral con signos de debilitamiento y, en términos externos, la debilidad de la economía china, apuntan a un contexto en que se alejan los riesgos de una mayor inflación. “En contraste, se corre el riesgo de que la demanda interna profundice en los próximos trimestres el ajuste ya observado en los últimos registros”, advierte.
En la misma línea, el decano de la Facultad de Economía y Negocios de la UST, Enrique Paris Horvitz, estima que el objetivo de una inflación del 5% a fin de año es posible y “en la medida de que el Banco Central de una señal de baja de tasas esa disminución en los precios también puede apoyar la recuperación de la actividad económica durante el segundo semestre de 2023”
González estima que al validarse el escenario del IPoM de marzo, donde la economía crece cerca de 0% este año y la inflación converge a algo menos de 5% a fin de año y si la inflación sin volátiles sigue bajando, lo coherente sería validar que el primer recorte de tasa tiene que ser en el tercer trimestre. Puede ser en julio, e iniciar el proceso no de manera agresiva, entregando en junio una clara orientación al mercado de lo que viene, dice.
Izquierdo también apunta a julio para el inicio de recortes y pronostica cuatro bajas, partiendo por 0,75 pb y cerrando el año con una TPM entre 7% y 8%.
Fuente: El Mercurio