¿Cómo crecen las ciudades?
Editado por Libertad y Desarrollo, el libro analiza la incidencia de las políticas públicas en el desarrollo urbano y habitacional, y como estas regulaciones impactan en el bienestar de las personas.
«¿Cómo crecen las ciudades?: logros y desafíos en políticas públicas» busca reflexionar en torno a esta interrogante y tiene por objeto aportar desde las políticas públicas a mejorar la calidad de vida de las personas en Chile.
Pero ¿a qué nos referimos con el crecimiento de las ciudades? El concepto de crecimiento va más allá de lo que se conoce como el crecimiento físico; en cambio, se relaciona con las mayores oportunidades que proveen las ciudades y que no se ven limitadas por la extensión geográfica. En lo relativo al crecimiento de las ciudades de una forma física, este puede provenir de la extensión, de la densificación o cuando existe una reconversión de las viviendas. En relación con el crecimiento por extensión, las viviendas en la periferia de las ciudades permiten que un grupo importante de familias cuente con acceso a la vivienda a un precio accesible. Esto último es especialmente relevante para la clase media. En ese sentido, se debe tener en cuenta que el crecimiento acumulado de la superficie total se ha duplicado entre los años 1993 y 2020.
El concepto de crecimiento que utilizamos en este libro no dice relación netamente con el tamaño o la extensión —que suele estar dada—, sino que se refiere más bien al progreso y aumento en el bienestar al interior de las ciudades, lo que produce, a su vez, mejores condiciones de vida, mayores oportunidades laborales y un mayor desarrollo de los talentos de las personas que viven en ellas. El economista Edward Glaeser (2011) sostiene que ‘las ciudades facilitan la colaboración, sobre todo en lo referente a la producción conjunta de conocimiento, la creación más importante de la humanidad’ y que, de esa forma, estas ‘multiplican las facultades de la humanidad’. Este autor observa que existe una relación casi perfecta entre urbanización y prosperidad, idea que motiva la elaboración del presente texto y a lo largo de los capítulos nos preguntamos de qué manera cada una de las variables analizadas repercuten en el progreso de las personas.
Glaeser explica que uno de los elementos más importante de las ciudades son las ideas y el progreso de las personas que viven en ellas. A este respecto, ‘el ingrediente más importante de la calidad de la enseñanza, así como de la prosperidad urbana, es el capital humano’,y de ahí radica el interés que las ciudades lo atraigan.
En ese sentido, hay estudios que muestran cómo en Chile existirían ciertos barrios que generan mayores oportunidades. El proyecto Atlas de las Oportunidades, por ejemplo, muestra la desigual distribución de oportunidades al interior de la ciudad de Santiago, lo que incide en la generación de ingresos de las personas y en la movilidad social de estas respecto a sus padres.
Actualmente, casi el 90% de las personas en Chile viven en ciudades. Estas se han transformado en lugares con mejores condiciones de vida para las personas. Según la última información disponible de la encuesta Casen, el ingreso familiar promedio es un 34% mayor en las zonas urbanas. A su vez, mientras 5,2% de los hogares que se localizan en zonas urbanas presentan acceso deficiente a los servicios básicos, dicha proporción crece hasta el 36,2% en zonas rurales. Lo mismo ocurre con la tasa de pobreza: mientras que la pobreza urbana fue 10,4% en 2020, la rural fue 13,8% en ese mismo año.
A su vez, se debe tener en cuenta que durante el último tiempo se han presentado importantes cambios demográficos que presionan a una mayor demanda por vivienda en las ciudades: más personas viven solas, hay un mayor envejecimiento de la población y un acentuado proceso migratorio. Se observa que los hogares entre los años 1990 y 2020 se han duplicado, que son de menor tamaño, que hay más personas viviendo en departamentos y que los hogares en viviendas precarias se han reducido sistemáticamente en el tiempo.
En relación con la tenencia, durante el último tiempo han aumentado de manera importante las familias que arriendan, de 14% a 23% entre 1990 a 2020. No obstante, y dado la importante política habitacional que se ha implementado en nuestro país en las últimas décadas, se percibe que los hogares que pertenecen al 20% más vulnerable cuentan con una relación de viviendas en propiedad de forma similar e incluso mejor que en otros grupos de la población.
¿Dónde vivir? Política habitacional, acceso a la vivienda y bienestar
Hablar de las ciudades es muy importante dado que actualmente estamos viviendo una crisis al acceso a la vivienda, tanto por su mayor demanda, como por una oferta más restringida. Tal como lo muestran los distintos capítulos de este libro, esta crisis puede ser explicada por una serie de elementos como el aumento en el precio de las viviendas por sobre las remuneraciones, por las mayores restricciones urbanísticas que impiden un mayor desarrollo de proyectos, un alza en los costos de los materiales, el suelo u otras dificultades.
La compleja situación económica post crisis sanitaria y estallido social ha disminuido el desarrollo de nuevos proyectos habitacionales y hay ciertos elementos que podrían perpetuarse en el tiempo. Se presentan escasos comienzos de obras en 2022, en un año la superficie autorizada para edificar ha disminuido un -26,7% en septiembre. A su vez, se mantienen las dificultades por los mayores costos de materiales (un alza de casi un 30% en un año), se suma el creciente costo del suelo e incluso hay escasez de ciertos materiales y retrasos en los pedidos. A ello se agregan las mayores trabas que tienen las personas para conseguir financiamiento. Se ha reportado una importante alza en los desistimientos dado que los clientes no pueden acceder al crédito hipotecario que les habían aprobado inicialmente. La mayor inflación y el encarecimiento en el costo de endeudarse, que se refleja en tasas de interés más altas, han requerido de una mayor capacidad de pago para promesar, lo cual ha dificultado y desincentivado la compra de viviendas. Ante estas circunstancias, la respuesta de algunos hogares con menos recursos ha sido aumentar su nivel de allegamiento, hacinamiento o incluso el alza de hogares en campamentos.
En ese sentido, los primeros capítulos de este libro buscan contribuir reflexiones y propuestas de políticas públicas para que las familias puedan mejorar el acceso a la vivienda y disminuyan las carencias habitacionales.
¿Cómo vivir? Política urbana, acceso a la ciudad y sus barrios
A su vez, el desarrollo de las ciudades nos ha impulsado a pensar más allá de las viviendas y desafíos urbanos que se están presentando. Las viviendas deben ser localizadas donde las personas puedan llegar a sus trabajos en un tiempo razonable y que sus barrios cuenten con ciertos atributos que les permitan contar con una buena calidad de vida.
En ese sentido, en 2014 fue publicada la Política Nacional de Desarrollo Urbano con el fin de incorporar estos diversos elementos y principios a los que como sociedad hemos aspirado para construir ciudades más justas y equitativas. Para velar por la implementación de esta política, se plantea la existencia de un consejo asesor cuya misión es generar propuestas urbanas y verificar los avances de esta política.
Asimismo, con el fin de medir de forma objetiva la calidad urbana de las ciudades, este consejo asesor elaboró un Sistema de Indicadores y Estándares de Desarrollo Urbano (Siedu). El Siedu cuenta con 91 indicadores que buscan medir los avances en el desarrollo y déficit urbano en las ciudades chilenas. A partir de ello se desarrolló un índice sintético, con el fin de contribuir a la toma de decisiones de manera informada.
Velar por un equilibrado desarrollo urbano es muy importante y es necesario que este permita el crecimiento de las ciudades. Existe basta evidencia en la historia de cómo las ciudades que utilizan la normativa urbana como una ‘camisa de fuerza’ pierden uno de sus grandes activos: su capacidad de adaptarse y crecer.
A pesar de la necesidad de mejorar las políticas urbanas, se presenta una importante desactualización en los instrumentos de planificación territorial. Del total de 346 comunas de Chile, solo hay 264 con plan regulador comunal vigente. Esto es muy preocupante, dado que son estos los instrumentos que entregan la información concreta para definir lo que se puede o no hacer en el territorio, incluso si es necesario llevar a cabo obras de mitigación en caso de estar en presencia de alguna amenaza de riesgo.
Por esta razón, este libro busca contribuir con propuestas y reflexiones que analicen de manera conjunta la política urbana con la habitacional, y de esta forma, beneficien las condiciones en que viven las personas en las ciudades.
Los autores de «¿Cómo crecen las ciudades?: logros y desafíos en políticas públicas» cuentan con destacadas trayectorias profesionales en materias de política habitacional y urbana. Desde esa mirada y experiencia abordan sus capítulos y no solo plantean un diagnóstico, sino también mejoras posibles para que la ciudad sea, efectivamente, un lugar de progreso de las personas que viven en ellas.
Fuente: La Segunda