De acuerdo al análisis, realizado con el apoyo local de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, los resultados de este año se explican principalmente por el subíndice que mide el desempeño económico, donde Chile retrocedió desde el puesto 52 al 55. En los otros tres subindicadores mejoró su posición: en eficiencia del gobierno avanzó desde el puesto 52 al 50, en la eficiencia de negocios subió desde el 45 al 41, y en materia de infraestructura mejoró desde la posición 46 a la 45 (ver infografía).
Este informe se construye ponderando una serie de factores en esas cuatro áreas, cuya medición contempla el uso de 64 datos estadísticos de instituciones mundiales, regionales y locales, además de 92 variables cualitativas obtenidas a partir de una encuesta anual aplicada a ejecutivos y expertos nacionales e internacionales.
Incertidumbre y fragmentación
Entre las principales conclusiones que arroja el informe, señala como principales desafíos para Chile, en materia de competitividad, medidas como ‘reformar el sistema político para reducir fragmentación y aumentar la gobernabilidad’, y ‘reducir incertidumbre legal para aumentar inversión y crecimiento’. Sugieren ‘mejorar seguridad pública fortaleciendo y apoyando el trabajo de las policías’.
El subíndice respecto de la eficiencia del gobierno es el que incorpora estas variables, al medir ‘el grado en que las políticas gubernamentales favorecen la competitividad’. En esta ponderación, los factores que más disminuyeron su puntaje fueron la política fiscal (-8 puntos), las finanzas públicas (-6 puntos) y el marco institucional (-3 puntos). Entre los cuatro subindicadores, en el apartado gubernamental es donde Chile ocupa la mejor posición (30).
A nivel agregado, las principales debilidades fueron la cohesión social, el coeficiente de Gini (que mide desigualdad), y la tasa de cotización para seguridad social de los empleadores. En tanto, las mayores fortalezas fueron la política del Banco Central, barreras arancelarias e inversión extranjera.
Deterioro económico
En materia de evolución macroeconómica es donde Chile ocupa la peor posición en los cuatro subindicadores (55). En esta área, algunas recomendaciones del informe están en ‘aumentar productividad aplicando nuevas tecnologías e inteligencia artificial’, y ‘mejorar la calidad y pertinencia de la educación en todos los niveles’.
En esta medición, el único factor que mejoró fue el de inversión internacional (7 puntos), mientras en economía doméstica (-6 puntos), empleo (-6 puntos), precios (-6 puntos) y comercio internacional (-5 puntos) hubo un retroceso.
Particularmente, la mayor debilidad que el informe detecta para el país está en la empleabilidad y el crecimiento de largo plazo, seguidos por la concentración de exportaciones (por socio comercial) y la tasa de desempleo. Por el contrario, las fortalezas chilenas están en el flujo y el stock de inversión directa en relación con el porcentaje del PIB, junto con los términos de intercambio.
Mejora en negocios
En contraste con la evolución económica, el mayor avance en el ranking estuvo este año en materia de eficiencia de negocios, que mide el grado en que las empresas se desempeñan en forma innovadora, eficiente y responsable. Aunque hubo un descenso en productividad y eficiencia (-4 puntos), se avanzó en mercado laboral (5 puntos), finanzas (7 puntos), prácticas de gestión (8 puntos), actitudes y valores (3 puntos). Las mayores debilidades fueron la productividad laboral y el emprendimiento, mientras las fortalezas están en regulaciones, apertura comercial y el total de la actividad empresarial.
RÉCORD
En 2005, Chile tuvo su mejor posición, cuando alcanzó el puesto 19 del ranking