IPC sorprende con caída de 0,1% en febrero, pero inflación sin componentes volátiles sigue alta

Es la primera baja mensual tras 27 meses de incrementos, en la que incidieron disminuciones de pasajes aéreos y paquetes turísticos, ligados a caída del dólar. Indicador subyacente anotó un alza mensual de 0,7%.
Los indicadores macroeconómicos siguen sorprendiendo al mercado, esta vez con una caída de -0,1% en la variación mensual del IPC de febrero, frente a un aumento de 0,4% proyectado en la encuesta de expectativas y de 0,3% implícito en los precios de los activos. Este descenso lleva la inflación en 12 meses a un 11,9%, desde el 12,3% en enero. Aunque desde ya los analistas ponen nota de cautela por el alza de 0,7% que anotó el IPC sin volátiles o índice core en el cual el Banco Central pone atención, así como el incremento de 0,2% que arrojó el IPC sin alimentos y energía. Dados los resultados, ambos indicadores subyacentes no muestran señales de caída, advierten los expertos. Esta es la primera disminución mensual del IPC tras 27 meses consecutivos de incremento, que en agosto del año pasado llevaron la inflación a un peak de 14% en 12 meses.

El resultado tendrá impacto en una disminución de la unidad de fomento (ver infografía), medida de reajuste que recoge la evolución de la inflación, a la que están asociados diversos precios, como los arriendos, dividendos hipotecarios y comisiones bancarias dentro de los servicios financieros. ‘Es una sorpresa que no necesariamente se volverá a repetir’, apunta Hermann González, coordinador macroeconómico de Clapes-UC, aludiendo a elementos específicos que están detrás del dato de IPC. Entre ellos, la baja de -27,9% en el valor de los pasajes aéreos y de -9,8% en los paquetes turísticos, en lo cual se identifica el efecto del menor tipo de cambio que empieza a traspasarse a precios. Disminuciones en los precios de alimentos como las carnes, especialmente de pollo, así como de frutas, también pesaron en la menor inflación. González estima que el dato puntual de febrero no es tan significativo como para cambiar la visión del Banco Central sobre cuándo iniciar los recortes de la tasa de interés de política monetaria (TPM), actualmente en 11,25%. Ello porque las mediciones de tendencia de la inflación no dan señales claras de caída. Aun así, no desconoce que el IPC de -0,1% genera cierto alivio sobre la visión más restrictiva de la política monetaria que se estaba generando en los últimos meses.

El economista sigue esperando que a fines del primer semestre se inicie el primer recorte de la TPM y en la misma línea apuntan sus pares, como César Guzmán, de Inversiones Security, y Marco Correa, de Bice Inversiones. El equipo de Estudios de Banco Santander también prevé la primera baja de tasa hacia mediados de año. Si bien considera prudente que el Banco Central espere varios datos de confirmación y tener todos los datos sobre la mesa antes de iniciar el proceso de recortes de tasas, Jorge Selaive, economista jefe de Scotiabank Chile, piensa que todavía está abierta la puerta para que ello ocurra en abril. Si la autoridad espera que esté presente un descanso inflacionario, tendrá que optar por recortes en forma rápida y agresiva, sostiene. ‘El mercado está sobreestimando el rol de la persistencia inflacionaria y subestimando el rol de la apreciación del peso en su visión de la inflación’, es el argumento de Selaive, quien hace una semana anticipó que la canasta del IPC de febrero recogería el impacto del tipo de cambio en los precios.

No solo se ha visto reflejado en los pasajes aéreos y paquetes turísticos, sino también en el precio de los automóviles nuevos, televisores, computadores e impresoras, remarca. Un alza de 1,2% pronostica Fynsa para el IPC de marzo, con lo cual la variación interanual llegaría a 11,2%, calcula Nathan Pincheira, economista jefe de esa institución. También alerta sobre el nivel de la inflación subyacente, que volvió a situarse sobre 10% en 12 meses. Según Selaive, marcado por la educación, marzo será el último mes en que tenga efecto importante la persistencia de la inflación. Desde abril en adelante dejarán de verse los efectos de indexación o de segunda vuelta, que son muy intensos a comienzos de año con el reajuste de tarifas anuales en educación, arriendos y peajes, entre otros.

El análisis del Banco Santander apunta a tomar con cautela la baja del IPC de febrero porque —si bien el dato puede influir en la inflación futura por su posible incidencia a la baja en las expectativas y por las cláusulas de indexación— la elevada inflación subyacente hace pensar que si bien se han moderado las presiones inflacionarias, continúan siendo altas. Prevé un alza del IPC en torno al 1% en marzo y coincide en que a partir de abril y mayo la caída de la inflación será más evidente, impulsada por la apreciación del peso, la debilidad de la economía y bajas en los precios de materias primas a nivel global.