Sorpresivo crecimiento del Imacec mejora cálculo del PIB 2023, pero retrasaría baja de tasas

Resiliencia de la economía en el proceso de ajuste podría afectar la desaceleración de la inflación, por lo que analistas estiman una mayor cautela del Banco Central antes de iniciar recortes en la tasa rectora.
Nuevamente, los servicios y la minería impulsaron la actividad económica, llevando a un crecimiento del Imacec interanual de 0,4% en enero, por sobre las estimaciones del mercado, que apuntaban a una contracción. Analistas coinciden en resaltar la resiliencia de la economía al adaptarse al proceso de ajuste, aunque alertan sobre un posible impacto en mayor inflación que llevaría al Banco Central a mantener la tasa de interés de política monetaria (TPM) en un 11,25% por un tiempo más prolongado. Las cifras publicadas por el Banco Central dan cuenta de un crecimiento de los servicios de 1,6% —especialmente los servicios personales más que los empresariales—, aportando 0,8 puntos porcentuales al índice general. La minería aumentó 4% y contribuyó con 0,5 pp. El resto de bienes presentó un aumento de 0,8% aportando 0,1 pp y la industria manufacturera creció 0,4%, con efecto neutro.

La caída del 3,2% en el comercio restó 0,3 pp al Imacec. Una rápida ejecución del gasto fiscal con la aceleración de la inversión pública desde la última parte del año pasado y en estos primeros meses, junto a un mercado laboral donde gran parte del empleo asalariado que se ha creado está asociado a inversión y gasto público, son parte de los elementos que explican la resiliencia de la actividad, sostiene Jorge Selaive, economista jefe de Scotiabank Chile. Lo anterior, además de una mejora del ambiente político y el resultado del plebiscito que ha acompañado cierta resiliencia del consumo, también ha renovado el apetito por activos chilenos, destaca. Con una moderación en la caída de la actividad del comercio, para el ministro de Hacienda, Mario Marcel, las cifras positivas que están casi en todos sectores, respecto de las proyecciones previas, tienden a ratificar que el ajuste que ha tenido la economía en los últimos meses, y entrando en el primer trimestre de 2023, ha sido más suave de lo que se esperaba. Aunque destacó la resiliencia de la economía chilena y su capacidad de ajuste mayor que lo esperado, advirtió que el proceso no ha terminado, por lo que instó a mirar con cautela las cifras mensuales. ‘En este trimestre todavía podemos tener datos negativos (de Imacec) en febrero por el efecto de los incendios forestales’.

Con todo, destacó que ‘la cuenta de ahorro que vamos generando, con cifras que sistemáticamente han estado por encima de lo esperado, nos va a ayudar en los próximos meses a completar este proceso de ajuste e iniciar una recuperación sostenida hacia el futuro’. Una economía más resiliente plantea una mayor dificultad para las decisiones de política monetaria del BC, señala Marco Correa, economista jefe de BICE Inversiones. Por ahora, estima que las autoridades mantendrán la TPM en niveles de 11,25% hasta junio. Aunque el Imacec de enero presenta la primera variación positiva desde agosto del año pasado, Correa anticipa variaciones cercanas a cero o negativas en los próximos Imacec, hasta mediados de año. A juicio de Sergio Lehmann, economista jefe del BCI, la mejor capacidad de adaptarse a condiciones menos favorables que muestra la economía no quita la necesidad de ajustarse a niveles que sean sostenibles con su capacidad. La inflación irá descendiendo de manera más lenta y probablemente retrasará el inicio de baja de tasas que el BC tiene prevista. ‘Frente a una mayor persistencia inflacionaria, lo más probable es que la rebaja de tasas comience en julio’, anticipa.

Pablo Cruz, economista jefe de BTG Pactual, coincide en que tener un crecimiento menos malo de lo esperado significa que las presiones inflacionarias aflojarán de manera más suave, por lo que ve mayor probabilidad de que el inicio de baja de tasas se postergue para el tercer trimestre. Sobre la apreciación del peso impulsada por el mayor precio del cobre y su impacto en una menor inflación solo visualiza ese efecto en el corto plazo, porque, por otro lado, mayor actividad en el mediano plazo hace que se desacelere más lento la demanda agregada y eso genera inflación. En cambio, Selaive prevé una presión desinflacionaria, porque la fortaleza del peso afectará con rezago a la mitad de la canasta del IPC que está ligada al tipo de cambio y avista un primer síntoma en el IPC de febrero.